Lecturas para el «ve-raro»

Porque sea raro no va  dejar de ser verano. Pues aquí os traemos de nuevo unas lecturas apetecibles, refrescantes y curiosas para todos los paladares lectores. Busca tu rincón favorito y a devorar páginas.

 

Cora Raga y Desirée Tornero se han puesto de acuerdo. Cora habla primero: «Los libros a los que no me he podido resistir desde que los descubrí el verano pasado son los de la escritora Carmen Mola, pseudónimo con el que ha decidido publicar sus novelas la autora de los libros La novia gitana, La red púrpura y La Nena. Se trata de una trilogía policiaca, un poco gore y con historias bastante despiadadas, novela negra en todo su esplendor, que cuenta la historias de la inspectora Elena Blanco y la unidad de la Policía que dirige. Si os gusta este género, son libros que sí o sí tenéis que leer, son una buena lectura para el verano».

Para Desirée son adicción: «Siempre he sentido curiosidad y admiración por las personas que escriben con seudónimo. Por sí, ya es un aliciente para leer e imaginar quién está detrás de esas líneas. Así llegó a mis manos La novia gitana, el primer libro de Carmen Mola. ¿Quién es Carmen Mola?, desde el anonimato ha revolucionado la novela negra española. Ahora he empezado el segundo libro de la saga, La red púrpura y me muero de ganas por saber si la inspectora Elena Blanco consigue encontrar a su hijo secuestrado. Y tras este, compraré La nena, su tercera novela. Lo reconozco, soy adicta al género negro».

 

Pere nos recomienda Persépolis: «Es una novela gráfica y autobiográfica de Marjane Satrapi. Un buen regalo que me llegó desde la agencia y que disfruté en el periodo de confinamiento. Una lectura ideal para valorar en su justa medida la importancia de la libertad, ahora y siempre. Persépolis se nos presenta con un trazo básico, simple, en blanco y negro que, sin embargo, refuerza la idea que nos traslada del Irán de los años 70 y su capital, Teherán, cuando perdió su concepción europeísta y retrocedió casi hasta la Edad Media. Y todo ello visto y narrado desde los ojos de una niña que ve condicionada su infancia, su adolescencia y su vida entera. Una historia cruda que recibió muchos premios, que incluso tiene su versión cinematográfica y que nos alerta sobre lo nefasto que puede ser ver a una sociedad caer en una involución sin límite. Muy recomendable en tiempos en que la movilidad y las libertades parecen sufrir ciertas alteraciones y restricciones, aunque por motivos bien distintos».

 

María José Moreno dice con esmero: «El último libro que he terminado ha sido Marina, de Carlos Luis Zafón. Un libro que se quedó abandonado en un estante ya hace mucho tiempo, esperando ser elegido. La muerte reciente de este escritor barcelonés, me trajo a la mente La sombra del viento. Un libro que fue todo un éxito ya hace 20 años. El recuerdo de Zafón, me hizo evocar su universo de los libros olvidados y la Barcelona misteriosa.  Así, que quise volver a ese peculiar mundo del escritor, por lo que rescaté la historia de Marina y Oscar, unos jóvenes que viven una aventura envuelta de misterio y de terror, que hace incluso peligrar sus vidas. Enmarcada en 1980 y en los palacetes de la burguesía catalana, esta pareja tan diferente se une en un relato donde el suspense y el amor se mezclan. Thriller, fantasía, terror, solo se puede catalogar haciendo referencia al universo especial del autor. Y como dice Marina: ‘Sólo recordamos lo que nunca sucedió».

 

 

María de Quesada vive enganchada: «The roots of yoga (los orígenes del yoga) es un libro de dos profesores de Oxford que han publicado una revisión de los textos sánscritos y vernáculos que originaron el hatha yoga así como sus fuentes budistas, tántricas y los pasajes clave de las Upanishad, las épicas y otros textos. Entre ellos los Yoga-sutras de Patanjali, la Bhagavadgītā y muchos otros textos antiguos del Tantra clásico. El resultado es un extenso estudio de lo que es auténticamente el yoga en estricta consonancia con la tradición». Back to the roots. 

«La mujer que lee, almacena su belleza para la vejez». Frida Kahlo (1907-1954). Pintora y poetisa mexicana.

 

«Watchmen»: La desafección llegando al fútbol

Estos días pasó, casualmente, por delante de mis ojos la obra de Delacroix de: ‘La Libertad guiando al pueblo’ y me vino a la mente un paralelismo similar; en este caso sería ‘la desafección llegando al fútbol’. De manera directa e indirecta, el fútbol, y a la alta competición me refiero, se nos ha caído del pedestal.

De manera indirecta, la pandemia lo ha enclaustrado y lo ha dejado oxidado. En el plano directo: Rubiales (que no tiene nada de rubio); Tebas, (¿Por qué no te vas?); los dirigentes de clubes (la mayoría de los de aquí y todos los que vinieron de fuera); el VAR y su más que cuestionada efectividad; el mamoneo de los derechos de televisión; las súper cuotas que soportan los bares para contratar la retransmisión de partidos… para qué seguir.

Bueno sí, entiendo que no podamos ir, de repente, 30.000 personas a un estadio, pero qué poca gracia tiene un partido a puerta vacía. Qué cutre resulta ver la grada digitalizada. Qué enlatados los coros y cánticos de la afición servidos a destiempo por megafonía. Qué cerrojazo tan innecesario como totalitario a según qué medios (digitales y emisoras locales, principalmente) y a la prensa gráfica. Y qué lamentable falta de corporativismo de un gremio como el periodístico, que también es el mío, que me tiene cada vez más decepcionado.

Y qué decir de las soluciones adoptadas por los clubes para compensar a los ninguneados socios y aficionados, claro como igual solo les aportamos entorno a un 20% de los ingresos por la renovación de los pases. Aunque no sé si los marketinianos se han dado cuenta que esos mismos aficionados son los que compran las camisetas y ‘merchan’ variado, los que contratan el fútbol de pago (para que las teles luego les paguen a ellos por los derechos) o compran una entrada de las escasas que salen a la venta cada fin de semana para ver un partido. Igual no se han dado cuenta que la suma de todo ello ya nos lleva de ese supuesto 20 a un cercano 60% y el resto ya se cubre con patrocinios, ingresos por publicidad y los susodichos derechos de las televisiones.

Que me parece muy bien que se pueda abrir Mestalla para servir raciones de comida a colectivos desfavorecidos, pero me parece muy lamentable el dossier de tres páginas generado para explicarle a los socios que la compensación por no poder asistir al estadio para ver el tramo final de liga ni existe ni se la espera, explicado como un juego de trileros que consistía en: 1. No me pidas la pasta; 2. Si no me la pides igual te compenso, pero hoy no… mañana (es decir, no de cara a la siguiente temporada, sino a la que pueda seguir a la siguiente) y 3. Si no me pides la pasta tendrás preferencia para asistir al comienzo de la temporada siguiente si el aforo es limitado, el cómo y de qué manera aun lo siguen estudiando.

Ya sé que hay clubes que han optado por fórmulas más honestas con su masa social y no muy lejos de Mestalla podríamos encontrar ejemplos, pero la desafección con el club ‘blanquinegre’ se completa con la aciaga temporada y la posibilidad de hacerlo peor todavía en este deslavazado tramo final.

Dan ganas de muchas cosas, menos de ver un partido por la tele, a mí que no me esperen, señores mangantes del fútbol.

Artículo de Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal Comunicación, publicado en la edición de julio de El Periódico de Aquí. Podéis seguir las andanzas de Pere en Twitter e Ig

Hablemos del suicidio

Hablemos. Y empecemos por nosotros, los medios de comunicación y profesionales de la información. Pero, ¿por qué hablar del suicidio?, ¿en serio? Si siempre nos dijeron en la carrera de periodismo que ese tema mejor ni rozarlo. Pues nos equivocábamos, y ahora hay que desaprender lo que nos enseñaron y aprender a comunicar, y hacerlo bien.

Por cada vez que hemos silenciado una realidad que, lamentablemente, se lleva diez vidas al día, hablemos. Las muertes por suicidio duplican a las de accidentes de tráfico, superan en once veces a los homicidios y en ochenta a los de violencia de género y es la primera causa de muerte no natural en España. Pues empecemos a tratar el suicidio en los medios de una vez por todas y hagámoslo bien. Y aquí reside la incomodidad, que nadie nos enseñó ni enseñó a las personas que nos enseñaban. Entonces, ¿por dónde empezamos?

El silencio de los medios

Los suicidios aumentaron en Estados Unidos un 10% tras la muerte del actor Robin Williams en 2014. En España, los casos crecieron un 17% tras el suicidio de Antonio Flores en 1995. ¿Tuvieron que ver los errores periodísticos en estos incrementos? Las personas expertas creen que sí.
Fallar en el tratamiento del suicidio (publicitar el método, el lugar, simplificar las causas…) puede provocar un efecto contagio en personas vulnerables. Acertar, al contrario, puede ser un pilar muy importante en la prevención. Pero no es sencillo informar bien sobre el suicidio. Tantas décadas de silencio ha dejado al periodismo huérfano de formación.

Buscando, buscando, ha llegado a mis manos el libro Hablemos del suicidio, escrito por el periodista de tribunales y sucesos de El Diario de Navarra, Gabriel González Ortiz. Hoy en día, Gabriel González forma parte de la Comisión Para la Prevención de Conductas Suicidas del Gobierno de Navarra creando lazos entre las instituciones, profesionales de la sanidad y la psicología y medios de comunicación. En sus páginas, el periodista afirma: «Se trata de hablar, pero bien. Es la idea. No podemos detallar el método con el que se ha suicidado una persona, ni publicitar una nota de suicidio. Tampoco simplificar la causa ya que obedece a una multitud de factores». Por el contrario, hay que destacar el fenómeno global y divulgar las estadísticas, contextualizándolo siempre con las personas expertas, así como difundir estudios. También dar voz a las personas que han perdido a un ser querido y aquellos que han sobrevivido a una tentativa».

Esta es una pincelada de la mucha y valiosa información que recoge este libro necesario en todas las universidades de comunicación y periodismo de España. Aquí os lo dejo.

Internet habla de suicidio

El Consejo Audiovisual de Cataluña elaboró un informe en mayo de 2017 buscando en Internet todos los contenidos asociados al suicidio. En Google aparecían 18,7 millones de resultados. El Consejo estudió una muestra bastante amplia de este total y concluyó que el 10% (1,8 millones de resultados) eran contenidos de riesgo. Hicieron la misma búsqueda en YouTube y determinaron que más de medio millón de contenidos eran de riesgo. Es decir, ya se está hablando del suicidio, y no lo hacen precisamente las personas más indicadas. En este sentido, Gabriel González declaró en una entrevista con el Diario de Navarra que cree que los medios de comunicación, asesorados por los profesionales que saben de este tema, «debemos dar un paso al frente, ejercer nuestra jerarquía y cumplir con nuestra función de servir a la sociedad. Tenemos que contribuir a cambiar la conversación pública en torno al suicidio».

La niña amarilla

Cuando tenía quince años intenté suicidarme y, después de veinticinco más, me hallo inmersa en un proceso intenso y muy personal en el que estoy abriéndome al mundo para contar mi historia y la de otras personas que un día quisieron desaparecer. Se trata de un proyecto de libro en el que, bajo el título La niña amarilla,  cruzo al otro lado del miedo para contar los relatos de personas que alguna vez han tenido pensamientos suicidas o hayan intentado acabar con su vida, empezando por el mío.

Estoy convencida de que abrazar a nuestras/os niñas/os amarillos es el primer paso para digerir la experiencia y transformarla en amor, y ese es el objetivo. Por el camino, quiero abrir un espacio en los medios y en la sociedad para hablar de este problema social que nos hiela y paraliza, hasta el punto de hacer que estas muertes sean invisibles. Pues no lo son, el sufrimiento de las personas supervivientes continua, el estigma social está presente y la vergüenza y la culpa nos acompañan hasta que entre todos y todas decidamos romper el tabú y, por fin, hablar.

Pues hablemos de suicidio, y hagámoslo mejor.

María de Quesada es periodista y profesora de yoga. En Agua y Sal Comunicación gestiona RRSS y crea contenidos, puedes encontrarla como @MariaDeQuesada en las redes.

Teletrabajo para todos los cuerpos

Es indiscutible que la era post COVID-19 nos regalará nuevas maneras de trabajar con «tele» delante. ¿Hemos conseguido entender lo que significa trabajar a distancia y adaptarnos sin entrar en estado de agotamiento máximo?

El año 2012 marcó mi entrada en el maravilloso mundo del teletrabajo de la mano de la empresa americana Yelp. Yo me lo guisaba y me lo comía prácticamente todo. Me ponía mi horario, marcaba mis objetivos (siempre con la ayuda de nuestro guía y gran jefe Francisco Rábano), decidía cuánto tiempo invertía en qué y me marcaba metas semanales, mensuales, trimestrales y anuales. Toda una odisea para mí, que aterrizaba de un mundo de productoras de TV en oficinas con horarios de entrada y salida, hubiera trabajo o no, y tuviera más o menos sentido.

Me dieron un Mac y me echaron a volar. 

El primer año, sin hijos/as todavía y con embarazo, me pillé trabajando desde la cama, el bar de abajo de casa y el váter. Me dieron un Mac y me echaron a volar.  A cualquier hora del día sacaba el ordenador de debajo de las piedras para conectarme y parecía que el trabajo, que además adoraba, lo invadía todo. Y lo que más ocupaba era mi mente que jamás dejaba de idear, maquinar y traer hacia el frente (como la opción de Canva) más y más propuestas para mi proyecto de comunidad Yelp en València. Y detrás de toda esa maraña de ideas había horas y más horas delante de un portátil que fue como mi primer hijo antes de tener a Alfredo.

Y me agoté.

Me di cuenta de que no era la única que guardaba el portátil debajo de la cama  y se escondía de su pareja para abrir la pantalla un rato y «hacer solo unas cositas». Si lo has vivido sonreirás.

Me enganché totalmente.

Y no estaba sola.

Con la ayuda del gran equipo que tuve y un montón de personas que ya habían pasado por esta situación, aprendí a gestionar mi tiempo y a poner barreras físicas y mentales al trabajo. Es una práctica, y ocho años después sigo revisando continuamente estas rutinas saludables para el teletrabajo que comparto para quien le sirvan:

  • Priorizar a diario y semanalmente. Utilizo Google Calendar (aunque hay muchas herramientas) para asignar tareas a mis horas de trabajo.
  • Soy realista con el tiempo que dispongo y las tareas a realizar. Nunca me pongo más de tres tareas en un día y si resulta que las acabo y me sobra tiempo, pues fenomenal. Marco una como prioritaria (esa va a quedar hecha sí o sí) y las otras dos a continuación. Para marcar mis tareas utilizo la herramienta Momentum, que además es bonita y te da frases inspiradoras. Y las listas inacabables de tareas no van conmigo, me estresan más que motivarme.
  • Me pongo pausas. Soy incapaz de rendir tres horas seguidas sin parar a beber, estirarme o, ahora que los tengo tan cerca, jugar con mis peques.
  • Me motiva ponerme algo al fin de una tarea (bajar al perro cuando vivía, llamar a mi madre, bailar, cantar…).
  • Salir del entorno es refrescante. Si puedes, ¿por qué no ir a una terraza delante del mar a trabajar? El Wifi lo puebla casi todo y es un lujo que el teletrabajo te regala.
  • Ordenar y limpiar mi mesa se refleja en mi mente.
  • Separar los espacios en casa. Saber que el trabajo no lo ocupa todo porque se queda en la habitación que hayas decidido.
  • Coger las llamadas de mi madre siempre. Nada de lo que hago salva vidas y ella es más importante.

Seguro que me dejo muchas, pero estas son algunas de las que más me sirven cada día.

Por otro lado, estamos viviendo una situación temporal y excepcional en la que las personas que tenemos peques nos las vemos canutas para trabajar con ellos/as en casa. El teletrabajo nunca ha incluido dar clases de lengua, mates o sociales a los/las niños/as en horario laboral. Así que, si todavía no disfrutas de todas las ventajas del trabajo en remoto y estás deseando volver a la ofi, dale una oportunidad cuando esta excepcionalidad pase.

En Agua y Sal Comunicación teletrabajamos desde hace años cuando hace falta por motivos personales, de salud, familiares, para conciliar y en verano, por defecto. Lo tenemos integrado y la llegada del COVID-19 no nos ha pillado en ropas menores.  Y el equipo lo agradecemos mucho. Si eres empresaria/o y no confiabas en que las personas pudieran hacer su trabajo desde casa, ¿ya has observado que no solo sí pueden sino que, en muchos casos, lo hacen mejor y producen más?

Que cada día seamos un poquito más libres. Y para decidir si queremos teletrabajar  o no, también.

María de Quesada es periodista y profesora de yoga. En Agua y Sal Comunicación gestiona RRSS y crea contenidos, puedes encontrarla como @MariaDeQuesada en las redes.

Lecciones que aprendimos al enfrentarnos a un nuevo virus

Nuestras vidas se pararon de golpe. Cabía imaginar que las noticias que venían de China invitaban, cuanto menos, a implementar medidas de prevención. Pero nos estalló en la cara como esa bofetada que nos deja sin aliento.

Y en ese estado de shock transcurrieron los días que se tornaron en semanas. Sin duda, un camino largo y doloroso en el que hemos visto cómo las estadísticas y cifras han servido para difuminar nombres y apellidos de miles de muertos, pese a que la sociedad y los medios, algunos de ellos, hayan querido compensar esa carga emocional que merece el duelo.

Y por ese tortuoso camino hemos aprendido cuestiones que nos acompañarán para los restos:

Hemos apreciado que nuestra casa es nuestro feudo.

Sabemos que la familia es nuestro escudo y nuestro consuelo.

Hemos puesto cara a un vecindario que antes era un auténtico desconocido.

Le hemos dado a terrazas y balcones una dimensión en la que pocas personas creyeron.

Apreciamos la música como ese canal de expresión que nunca debió dejar de serlo.

Aprendimos que las residencias se crearon para CUIDAR y no para CURAR. No los criminalicemos.

Supimos que nuestros cuerpos sanitarios son ejemplares y excepcionales, pero el modelo en el que se rigen es más que mejorable.

Asumimos que hay crisis imposibles, pero eso no disculpa que las personas con cargos políticos, todas, sean de poca talla. Dentro y fuera de nuestras fronteras.

La industria nunca debió desaparecer de nuestro territorio.

La globalización ha sido un arma de doble filo capaz de lo mejor y de lo peor.

La tecnología ha sido la gran aliada a la hora de mantener las relaciones familiares y laborales.

Los pueblos y los/as niños/as se han rebelado más fuertes que las ciudades y que, desgraciadamente, las personas mayores.

Las personas con uniforme o sin él han recuperado el valor que como profesión de servicio siempre merecieron.

Hemos comprobado como la cadena de solidaridad ha crecido entre familias y empresas demostrando que somos una sociedad que vale la pena.

En definitiva, hemos aprendido muchas lecciones de esta pandemia. Ahora hace falta que aprendamos a vivir con prudencia pero sin miedo. Tenemos que vivir valorando lo próximo, disfrutando de las pequeñas cosas. Sabiendo que somos vulnerables, pero que nos mueve la esperanza de saber que todo irá bien.

 

Artículo de Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal Comunicación, publicado en la edición de mayo de El Periódico de Aquí. Podéis seguir las andanzas de Pere en Twitter e Ig como @perefe (s)

Un libro para cada momento

Hoy, como cada 23 de abril,  celebramos el Día Mundial del Libro. Un día como hoy, fallecían o nacían Cervantes, Shakespeare, Inca Garcilaso de la Vega y Mariana Alcoforado. Por este motivo, esta fecha simbólica rinde un homenaje mundial al libro y a sus autores y autoras.

Y se dirige en particular a la juventud, para que siga descubriendo el placer de la lectura y respetando la irreemplazable contribución de estas creadoras y creadores del progreso social y cultural a nuestras vidas.

En un momento en la que la mayoría de los coles de todo el mundo están cerrados y debemos quedarnos en casa, podemos usar el poder de la lectura para combatir el aislamiento, estrechar los vínculos entre las personas, expandir nuestros horizontes, a la vez que estimulamos nuestras mentes y nuestra creatividad. Desde Agua y Sal Comunicación os compartimos algunas lecturas recientes que nos han marcado por alguna razón.

Un libro para cada momento

Pere Ferrer nos recomienda La reconquista de l’espai públic. València, els nostres carrers i les nostres places, de Joan Olmos Lloréns (Doctor enginyer de Camins i especialista en urbanisme).

Estos días aprovecho para leer, de manera reposada, este título que llegó a mis manos a mediados de enero y que cobra una especial relevancia estos días de confinamiento en los que empezamos a ver de otro modo nuestra ciudad, calles y plazas. El autor abogaba por recuperar la calle para las personas, para los vecinos, los niños y niñas y estoy convencido, que el día que pisemos de nuevo la calle con libertad, con garantías, reivindicaremos, más que nunca, ese espacio como algo propio, como muchos tuvimos la oportunidad de disfrutarlo siendo niños. Lectura reflexiva.

María José Moreno, en estos días de incertidumbre casera, ha vuelto a la novela policiaca y nos cuenta: «Este género me encanta porque te hace olvidar cualquier preocupación para convertirte en un detective que busca indicios sospechosos de todos los personajes. El caso, es que lo he retomado con Cormoran Strike, un investigador londinense y joven militar retirado. Blanco letal es la cuarta novela que bajo el pseudónimo de Robert Galbraith, escribe J. K. Rowling. Un libro que sin duda engancha, bien escrito, y que se desarrolla en la variopinta Londres.Aunque sin duda, el libro que más veces he leído estos días es Tomás el bromista, de la colección de minilibros de la editorial Kalandraka. Lo que tienen los niños pequeños es que si encuentran una buena historia, no se cansan de escucharla. Travesuras y bromas, con rimas, mucho humor y sorpresas. «Tomás era un niño muy inquieto a quien le encantaba esconderse y disfrazarse cuando venían visitas a casa», es el inicio de esta divertida historia.

Dessiré Tornero nos habla de un libro que le regaló su «colega» Pere: La vida es venta. «Como periodistas que somos también, nos hemos tenido que formar para vender. Es una tarea increíble, llena de emoción pero en la que también el fracaso aparece muchas veces. Este libro de Inés Torremocha asegura que el reto es aprender a gestionar estas emociones para poder conseguir una vida y una venta plenas. Me enganchó desde el primer momento gracias a la palabra «vida». La escritora la lleva tatuada en su brazo. Casualidades de la vida, yo también.

 

Cora raga ha escogido La danza de los tulipanes, de Ibon Martín. «Una novela policíaca que se inicia con el hallazgo del cadáver de una mujer junto a la que reposa un tulipán. Toda la trama se desarrolla en la comarca de Urdaibai, en Euskadi, tuve la suerte de haber pasado un verano recorriendo esta zona y me ha encantado viajar desde casa a allí de nuevo. Desde luego la recomiendo os sorprenderá.»

María Gil escoge la lectura El jardín olvidado, de Kate Morton. La muerte de su abuela, Nell O’Connor, lleva a Casandra desde la lejana Australia hasta Cornualles. Allí descubrirá la compleja historia de su familia, hasta ahora desconocida para todos, y el gran secreto que tantos años llevaba guardado. Una niña desaparecida, una historia que se remonta a comienzos del siglo XX, una misteriosa mujer llamada Autora y un secreto familiar que por fin ve la luz. Ingredientes que hacen de El jardín olvidado un libro que atrapa al lector desde el primer momento.

María de Quesada se halla inmersa en una obra filosófica que califica como «brutal»: Tantra illuminated (Christopher Wallis, 2012). Este libro es un viaje fascinante al corazón mismo del Tantra: sus enseñanzas clave, sus linajes fundamentales y sus prácticas transformadoras. Desde que Occidente descubrió el Tantra hace 100 años, ha habido considerable fascinación, especulación y, sobre todo, información errónea sobre este movimiento espiritual. Ahora, por primera vez en inglés, Tantra illuminated presenta una introducción accesible a esta sagrada tradición que comenzó hace 1.500 años en el norte de la India. Traducido de fuentes sánscritas primarias y ofreciendo una mirada profunda a la práctica espiritual, este libro revela la rica historia del Tantra y sus poderosas enseñanzas. Una joyita.

«No importa lo ocupado/a que piensas que estés, debes encontrar tiempo para leer, o entregarte a una ignorancia autoelegida», Confucio.

Dejar de comunicar nunca fue la opción, ni en tiempos del coronavirus

Mantener vivo el contacto a través de la comunicación nos transmite cierta normalidad y que hay luz al final de la espera

¿Por qué crece el uso de datos?

¿Por qué aumenta la interacción en redes?

¿Por qué sube el número de visitas a medios digitales?

¿Por qué ‘hierven’ los grupos de Whatsapp?

¿Por qué la voz de la radio ya es uno más de la familia?

¿Por qué intentas relativizar pero conectas con el telediario de las 15 y/o las 21 horas y te lo ‘tragas’ como cuando antes lo hacías con la información del tiempo?

En definitiva, ¿por qué salimos a los balcones?

Vale, bueno, sí, todo pasa porque estamos confinados en un estado de alarma con prórroga incluida y quién sabe si habrá penaltis por el coronavirus. Pero, sobre todo, pasa por una sensación inherente a todas las personas, incluso a aquellas que se aíslan y guardan voto de silencio, a estos últimos les queda la conexión espiritual. En resumen, pasa porque todos tenemos una gran necesidad de COMUNICAR. (Al final del artículo os dejamos nuestro decálogo de razones para descargar). 

Por eso en Agua y Sal Comunicación nos sumamos a la campaña del Colegio de Publicitarios de la CV que anima e insiste en una idea básica: #NoDejesDeComunicar

Y en este artículo te vamos a dar 10 razones reveladoras para no dejar de hacerlo.

Comunica:

1) Porque necesitamos verdades verdaderas:

Claro que no hay que dejar de comunicar y menos ahora, que hay una necesidad acuciante por saber y por SABER con mayúsculas, con garantías. No mientas, nunca ha sido una opción para los que nos dedicamos con corazón a esto, pero también es verdad que la falta de educación, principios e intrusismo han hecho mucho daño a la profesión.

2) Porque no somos héroes ni heroínas:

Claro que no hay que dejar de comunicar, porque hay muchas organizaciones o empresas que están viviendo en un presente imperfecto y asumiendo, sin darse cuenta, un papel principal. Comunica pues, no para sacar pecho, sino para hacer cundir el ejemplo. Estamos en un momento en que toda ayuda es bienvenida.

Por ejemplo, sabemos que la Federación Española de Asociaciones de Puertos Deportivos y Turísticos mantiene, estas semanas contacto directo con los puertos miembros para saber cómo deben actuar.

Toy Planet comparte artículos para hacer más llevadero el día a día con los niños en casa.

Rugby Club Valencia mantiene un estrecho contacto con sus jugadores y nos va contando cómo vive la experiencia cada uno.

Fevec, Arival o Avemcop realizan un trabajo de seguimiento ante las directrices que marca el Gobierno y refuerzan la comunicación con sus asociados, para prestar apoyo, información y asesoramiento.

El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en la Comunidad Valenciana impulsa su función de apoyo desde el teletrabajo, ofrece descuentos en sus cuotas a colegiados afectados por ERTES o en situación de desempleo y refuerza sus acciones formativas online.

El objetivo es mantener una comunicación activa en la que mostrar opciones de relacionarse y ser útiles durante el aislamiento.

3) Porque tampoco somos villanos:

Claro que no hay que dejar de comunicar, porque la situación es crítica y si tu organismo o empresa se halla dentro de ese torbellino que te arrastra, tu entorno y la sociedad, en general, agradecerán tu predisposición y transparencia, por cruda que esta sea.

El eco hotel Mar de Fulles ha dado ejemplo y se ha convertido en un modelo dentro de la hostelería y restauración como alojamiento sostenible. Esta situación de cierre temporal les ha conducido a tener que hacer un ERTE para poder hacer una pausa en este camino, y así lo han comunicado a sus clientes, proveedores y amigos. Mientras, todo el equipo de Juanma espera con ganas que pase esta situación para seguir ofreciendo el mejor servicio.

El Puerto Deportivo y Turístico Marina de Dénia ha tenido que cancelar el 13º Salón Náutico de Dénia y lo ha tenido que comunicar a expositores y visitantes. La organización ya está trabajando en la edición del próximo año con ganas y mucha motivación.

4) Porque #Estopasará y #TodoIráBien:

Claro que no hay que dejar de comunicar, porque #estopasará y #todoirábien, es lo que todos deseamos y el hecho de no haber dejado de comunicar nos dejará en buena situación para afrontar los retos que, a partir del final de esta pesadilla, deberemos afrontar. Mantener viva la comunicación nos transmite cierta normalidad y que hay luz al final de la espera.

Cuidum ofrece asistencia domiciliaria a personas mayores y en estos tiempos de coronavirus redobla esfuerzos atendiendo peticiones, consultas, ofreciendo su red de profesionales cuidadores y cuidadoras, ajustando protocolos de seguridad, informando a través de un chat médico, porque son conscientes de que la salud es lo primero.

5) Porque hay que poner orden y cordura ante la saturación informativa:

No todo vale, ni debió de valer nunca, pero los comunicadores se enfrentan al bulo, a la falta de rigor, al intrusismo informativo que hace de la comunicación una función perniciosa y a la pérdida de criterio entre los receptores. Apliquemos lo que escuchaba a una compañera días atrás: sesgo cognitivo. La información es una herramienta útil, la desinformación es como nuestros mayores llamaban a la publi: propaganda.

De esto nuestras compañeras de RETAIL Future, María José y Mayte, no solo saben mucho, sino que son un AZOTE frente al bulo y la desinformación. ¡Sigan así, compañeras!

6) Porque debemos estar más unidos y unidas que nunca comunicando:

No todo vale, ni debió de valer nunca, pero es tanta la fragilidad en la comunicación que hasta hubo que preguntar en rueda de prensa telemática si la función periodística era una actividad esencial.¡Ay mísero de mí, y ay, infelice!¿A tal punto hemos llegado?

No hay periodistas de primera ni de segunda, por aquellos que optaron en su momento por la comunicación corporativa. Déjense los primeros de ‘mamandurrias’, su función es más precaria que nunca y para recuperar la posición que un día ostentaron necesitamos estar en sintonía: periodistas, consultores y consultoras de comunicación, relaciones públicas, diseñadores/as, creativos/as, gestores/as de contenido digital, periodistas gráficos, publicistas y, sobre todo, que los consejeros/as delegados/as, CEOs y directores/as entiendan a partes iguales la función mercantil y la informativa.

El Periódico de Aquí y su editor Pere Valenciano y resto del equipo es un claro ejemplo de modelo rupturista con lo establecido, independiente y por ende ‘sensible’ a estos tiempos difíciles. Mantengamos viva esa idea de que el papel, el periodismo de proximidad y el refuerzo como portal digital informativo tienen cabida en lo que tenga que venir tras esta crisis sanitaria, social y económica.

7) Porque las generaciones jóvenes, que se han hecho mayores de repente con esta crisis que estamos sufriendo, necesitan buenos referentes. Seamos un buen ejemplo para ellas. Necesitan ver que los valores que mueven ahora a las empresas son los de colaboración, apoyo y solidaridad. Que esos son los que realmente importan y los que nos sacarán de esta situación. Y por eso les tenemos que contar cómo lo estamos haciendo.

NosotrasDeportistas.com nos han permitido hacer con ellas una carrera de larga distancia. No solo la 10KFem, sino todo lo que ha requerido en materia de comunicación, hasta ver finalizada una prueba que ha servido para seguir escalando en ese propósito de igualdad real entre hombres y mujeres.

8) Porque las instituciones (todas), porque los/las políticos/as que las ostentan (todos) entiendan que su función es pública, PUNTUAL y de servicio. Porque necesitamos gestores/as honestos/as, ni corruptos/as, ni sectarios/as. Y la comunicación debe ser la herramienta que evite desmanes y despropósitos como los tristemente vividos. ¡Ay si todos y todas comunicásemos con todo lo que ello conlleva! Sí, sí, comunicar también significa escuchar. ¿Y si lo hacemos por ese orden, primero escuchar y luego hablar? Quizá de esa manera nos daríamos cuenta de que las cosas no son blanco o negro y que lo que la sociedad necesita es unión, no enfrentamientos.

En Agua y Sal Comunicación siempre hemos trabajado por proyectos y cuando nos han dado la opción, si nos los hemos creído y apostado por ellos, nos han dado igual ideologías, signos o banderas. La comunicación debe ser tan independiente como secreto nuestro voto.

9) Porque tenemos ante nosotros un nuevo reto:

Porque esta crisis del #COVID19 nos ha sacudido a todas las personas por igual de un modo inesperado, nos ha puesto a prueba, nos ha planteado un reto desconocido, ha alterado todos nuestros planes, ha dado al traste con nuestros objetivos y una nueva manera de hacer las cosas debiera emerger a partir del día después en que hayamos vencido a esta pandemia. Todos y todas hemos pensado en qué será lo primero que hagamos cuando podamos salir, y seguramente, nadie haya dado con la respuesta acertada, no por nada sino porque no tenemos ni idea de cómo va a ser ese día. Eso sí, una cosa es segura, si hasta que llegue ese momento hemos comunicado, iremos con ventaja.

Y daremos las gracias a todos las organizaciones o empresas que a lo largo de este decálogo hemos citado y a tantas otras que, en algún momento, han confiado en nosotros: Exit Up, Talentum, Colegio de Médicos de Valencia, Estudio Bueno, Peñacañada Club Deportivo, La Mujer del Presidente, Disciple Toys, Investmat, IVACE Internacional, Radio Intereconomía Valencia, Publicesa, Ecological, etc.

10) Porque una nueva forma de hacer las cosas se impondrá:

Y esa nueva manera de ‘hacer’ sacudirá por completo todos y cada uno de los procesos que están relacionados con la comunicación. No nos servirá pasar página y hacer como que esto nunca ha sucedido. Caeríamos en el error que nos puede llevar a equivocarnos con el tiempo.

También es verdad que son muchas las secuelas que en la sociedad y a nivel político, económico, comercial y sobre nuestro propio bienestar y salud, esta pandemia va a dejar. Y será difícil abstraerse de ello.

Se abrirá pues una nueva manera de relacionarnos, de comunicarnos y debemos estar preparados para ello. ¿Quién quiere perderse, pues, esa nueva estrategia comunicativa que se presenta más clara, diáfana, directa, empática, cercana y amable? Así entendemos que será la comunicación que viene. Y en Agua y Sal Comunicación os invitamos a no perdéroslo.

Qué nos enseña el coronavirus

Las consecuencias de la enfermedad infecciosa COVID-19, causada por un nuevo virus que no había sido detectado en humanos hasta la fecha, nos está enseñando lecciones de vida cada día. Esta semana, hemos querido ofrecer este espacio al equipo de Agua y Sal Comunicación para compartir cómo nos sentimos y qué nos está enseñando esta situación de aislamiento físico e incertidumbre.

Ya sabemos que de todas las experiencias podemos extraer tantas conclusiones como perspectivas tienen las personas. Vemos las cosas como somos y no como son, entonces, ¿qué estamos aprendiendo de esta pandemia y de sus consecuencias más directas como la reclusión en nuestras casas?

Lo que nuestra compañera Cora está aprendiendo:

  • Que podemos convivir 5 personas sin matarnos con organización y respeto.
  • Que hacer deporte en familia es mucho más divertido y eso lo podemos hacer (en situaciones normales) más bien poco, aprovechemos para hacerlo ahora.
  • Que los animales hacen mucho más por nosotros que nosotros por ellos.
  • Que los iaios y iaias son un tesoro, y poder verles y abrazarles es un lujo.
  • Lo valioso que es el aplauso de las 22 h que pasó a las 20 h de cada día y que en cada vecindario se cumple a rajatabla.
  • Que la libertad es lo más valioso que tenemos, que solo la apreciamos cuando nos coartan este derecho.
  • Que el cierre de las fronteras nos afecta mucho más de lo que nos pensamos y que a día de hoy todavía no sé cuando podré visitar a alguien que está viviendo en otro país.
  • Que tenemos un sistema sanitario envidiable y que el personal sanitario de este país es de los mejores del mundo.
  • Que cada día trabajadores “no tan afortunados” como nosotros que podemos teletrabajar, tienen que acudir a sus puestos de trabajo y tenerlo todo listo para que los demás podamos seguir viviendo (supermercados, farmacias, pequeño comercio…)
  • Que hay personas egoístas que no respetan las normas ni el bien común, que por mucho estado de alarma lo seguirán siendo, pero esta vez están quedando retratadas y el tiempo los pondrá en su lugar.
  • Pero lo más importante que he aprendido es que somos seres SOCIALES e INTERDEPENDIENTES, porque qué pronto echamos de menos.

Lo que nuestro compañero Pere está aprendiendo: 

Cuando nos pensábamos que todo era una continua rutina con tensiones propias del quehacer diario va y nos explota en la cara esta pandemia global, más propia de relatos, series o pelis de ciencia ficción. La alarma ha dado lugar al confinamiento y en una semana nos hemos dado cuenta de la fragilidad de nuestro entorno, de nuestras vidas y como me ha parecido leer estos días a algún tiri-tuitero: «éramos felices y no lo sabíamos».
Convivir encerrado en casa con niños nos está sirviendo para renovar votos como padres. Intentar apoyar a nuestros mayores y combatir su soledad como principal miedo, en cambio, nos desarma por momentos.
Ahora todo pasa a un segundo plano, todos los días son como un ‘día de la marmota’, donde, desgraciadamente, solo varía el número de contagiados o decesos. Por lo demás, todo parece haberse detenido, todo está regido por un maldito virus invisible que nos impone una distancia entre unos y otros, que, sin embargo, ha conseguido acercarnos.
Y seguro que cuando todo pase reconoceremos el valor incalculable de un abrazo, la mirada cómplice de cualquier persona anónima con la que nos crucemos, el efusivo saludo de un amigo o los besos, que a partir de ese nuevo día daremos.

Lo que nuestra compañera María de Quesada está aprendiendo:

Esta experiencia la vivo como un curso de atención plena para el universo. Solo podemos vivir el presente porque es lo único que tenemos, mañana es una incertidumbre y ayer fue un mejor o peor recuerdo, depende del día. Veo en cada momento de esta reclusión una oportunidad para que las personas autónomas nos reinventemos desde nuestras casas, para que la comunicación siga adelante y con más fuerza que nunca, #NoDejesDeComunicar; para que despertemos a un largo letargo en el que muchas personas vivíamos en una queja intermitente cuando todo lo teníamos. Pero la pregunta que me hago es, ¿acaso lo hemos perdido? Nuestra libertad sigue intacta dentro de nosotros y de nosotras, podemos seguir compartiendo, socializando, creando y manifestando sueños. Y el día que podamos volver a la normalidad que vivíamos antes del COVID-19, sin duda, será una fiesta. Salir a la naturaleza será un regalo, dar un abrazo a nuestros seres queridos una celebración y bañarse en el mar una experiencia maravillosa. Nunca volveremos a ser las mismas personas, seremos más pacientes, humildes, amables, empáticos, considerados y compasivos. El universo nos está dando una gran oportunidad para ser nuestra mejor versión, para brillar más unos junto a otras, como las estrellas lo hacen en el cielo siempre. Brillemos.

Lo que nuestra directora Desirée está aprendiendo:

Que es una situación difícil, a la que nos enfrentamos todos por primera vez en nuestra vida, es una afirmación irrefutable. La pregunta es: ¿cómo lo afrontamos? En comunicación sabemos lo importante que es para cualquier empresa tener elaborado un plan de crisis. Afrontarla así, te da margen de maniobra. Pero como no es el caso, nos toca improvisar. Leo en el último número de la revista Emprendedores, una entrevista al médico, conferenciante y escritor, Mario Alonso Puig, en la que dice «para triunfar en el mundo de la empresa, la resiliencia es más importante que el talento». Esa palabra, resiliencia. Ahora, más que nunca, la tenemos que poner en práctica. Debemos de ser capaces de salir de manera positiva de esta crisis a todos los niveles. Por nuestra parte, estamos haciendo todo lo posible, ya que tenemos claro que hoy, más que nunca, la comunicación es clave. Nuestro esfuerzo está centrado en apoyar a nuestros clientes para que no dejen de comunicar. Ayudarles a que sigan informando, a que sigan contando todo aquello que es necesario y relevante. Esto pasará.

Lo que nuestro compañero Javier está aprendiendo:

Esta situación está siendo complicada para todos, quizás para algunos más. Primero, me he dado cuenta de que ya no tengo la capacidad de atraparme en casa jugando a videojuegos o leyendo TODO el día como cuando era niño. El cuerpo me pide hacer ejercicio, salir, tomar el aire, socializar, estar con mis amigos, y creo que es bueno. Dejando esto de lado, también estoy aprendiendo que de los problemas se solucionan estando unidos, yendo en una misma dirección, colaborando entre nosotros y ayudando, y que el miedo es una forma de violencia y manipulación peligrosa. Aunque ya era consciente de esto, se ha dejado recalcar estos días a todos los niveles. Tenemos que quedarnos en casa, pero no por pánico al virus, sino por valentía, por el deseo consciente de que esto pase lo más rápido posible, por minimizar contagios. Mención especial a los sanitarios y toda la gente que se tiene que exponer pese a lo que estamos viviendo. Unidos esto acabará pronto.

 

Lo que nuestra compañera María José, está aprendiendo:

Si alguien me hubiera dicho que tendría que quedarme en casa sin poder salir, me habría parecido un argumento de ciencia ficción. Una película al estilo de Apocalipsis Zombie, La Guerra de los Mundos, Soy Leyenda, El Día de Mañana, historias que tienen en común la huida y la lucha por la supervivencia.

En este caso, el virus nos ha confinado en casa y no hay huida posible en el argumento. Es un viaje interior, de introspección. ¿Qué estoy aprendiendo? Aprender no diría, lo que estoy haciendo es recordar la importancia de las pequeñas cosas, intentar disfrutar cada momento. Además de practicar la respiración que te lleva a la calma.

Lo que nuestra compañera María Gil está aprendiendo:

El día que anunciaron que teníamos que estar 15 días en casa, os puedo asegurar que casi me vuelvo loca. Yo, que, como mi abuela dice, soy «de culo inquieto», impulsiva y estoy más fuera que dentro. Es la segunda semana sin salir, todos los días son iguales, pero me doy cuenta de que lo más importante es tener a tu familia cerca y sana, y que las pequeñas cosas, como abrazar o besar a tus abuelos, son realmente las importantes. Ahora, puedo decir que soy más tolerante y tengo algo más de paciencia, sobre todo con mi hermana pequeña, que está en la famosa edad del pavo, y que con voluntad y ganas, al final, todo se puede conseguir.

 

Un grito desesperado para que el periodismo recupere su sitio

En un momento en el que la actualidad manda, y por momentos nos supera, es cuando más echo en falta aquella función de altavoz riguroso de la información que ejercía el periodismo.

La democratización de la información, la irrupción del multicanal, las redes, las apps y porque no decirlo también, la victoria de la trama política sobre la urdimbre informativa, además de todo lo que ha supuesto la tecnología en los últimos 20 años han acabado por desestabilizar a un sector y a una profesión como la de periodista que resiste herida, en precario y sin recursos ante la avalancha de una sociedad (no maleducada, sino mal educada, que no se mal interprete) que valora solo la inmediatez y no distingue, más de lo esperado, lo verdadero de lo falso.

Noticias falsas

Las malditas fake news campan a sus anchas por grupos de whatsapp y por los muros de las redes sociales con formato de noticia, incluso bien maquetadas, imitando cabeceras y tipografías. ¿Y nadie repara a los dos segundos o al final del primer párrafo la falacia que esconden? ¿Tanto hemos perdido de análisis crítico? De ahí, que me atreviera unas líneas más arriba a denunciar la mala educación adquirida.

Incluso la automatización ha permitido que se dejen ver en las páginas web de los propios medios, sin que los propios editores reparen en ello, noticias extrañas, interesadas, capciosas que acaban por desvirtuar la función de los propios medios.

Los medios han perdido la batalla frente a la clase política, me da igual el color del aparato que haya detentado el gobierno. Han sufrido una usurpación silenciosa. Los medios clásicos han ido perdiendo su identidad, las nuevas generaciones no han accedido a ellos por falta de atractivo o falta de actualización del mensaje que ha derivado en distanciamiento. Y los medios de nueva creación, sobre todo digitales (muchos) parecen creados para generar distorsión más que información. Me exaspera tanto el pseudo medio de un tal Inda como el instrumento dirigido de la actual TV3, unos porque mienten sin reparo y otros porque adoctrinan con descaro. Me quema tanto el concepto de medios públicos con consejos de administración políticos, como la pérdida de interés que manifiesta la actual sociedad por una función como la nuestra que debiera ser clave para aspirar a una democracia real.

Si la política ejerce esa función sibilina de manipulación y la sociedad nos da la espalda y no valora la independencia y veracidad que debiera ofrecer nuestro ‘canal’ frente a los nuevos modos de comunicación, deberíamos dejar de mirarnos el ombligo y analizar en qué momento nos alejamos del camino o cuando empezó la audiencia – oyentes – lectores a dejar de seguirnos.

La saturación, el exceso de información, la pérdida de calidad y la falta de un filtro han dejado el gremio herido. Por eso este grito desesperado para que el periodismo recupere su sitio.

Y vaya si lo necesitamos en estos días de alerta sanitaria que se nos pueden hacer largos. Se agradece la cercanía de la radio, de la TV, de los digitales… y del papel como lectura reposada, siempre y cuando aporte valor, profundidad, análisis y diferenciación a lo que ya sabemos.

Foto destacada de Kaboompics.com

Artículo de Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal, publicado en la edición de marzo de El Periódico de Aquí.

Podéis seguir las andanzas de Pere en Twitter e Ig como @perefe (s)

El Día Internacional de la Mujer es todos los días

El 8 de marzo celebramos el Día Internacional de la Mujer y es un buen momento para reflexionar sobre lo logrado, seguir avanzando en el camino del cambio y celebrar la valentía y la determinación de las mujeres de a pie que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades.

El mundo ha logrado cambios sin precedentes, pero nos preguntamos, ¿algún país ha logrado la igualdad de género en 2020?

Hoy existen restricciones legales que impiden a 2.700 millones de mujeres acceder a las mismas opciones laborales que los hombres. Menos del 25% de los parlamentarios eran mujeres en 2019 y una de cada tres mujeres sigue sufriendo violencia de género. Y el cambio está en nosotras, en cada una de las personas que formamos parte de esta sociedad global en la que nuestros hijos e hijas crecen. La «generación T», o generación táctil, nace en torno al año 2010 y se encuentra en pleno desarrollo educativo, el reto es que ellos y ellas crezcan en igualdad y la fomenten a sus familias y parejas.

Desde ya.

Hoy y ahora.

Hoy y ahora queremos dar voz en nuestro blog al equipo de Agua y Sal, y que cada persona exprese lo que este día significa para ella:

Javier Beltrán es estudiante de diseño en la Universidad Católica: «Pese a que no soy mujer, considero este día muy importante, y creo que debería de serlo para todos y todas. ¿Por qué? En mi familia las mujeres siempre han podido hacer todo solas. Han sabido sacar adelante su vida y su familia, han roto estereotipos y han superado sus límites sin ser ni conscientes de ello y con todas las trabas que implicaba, y sigue implicando ser mujer en muchos aspectos. Es necesario valorar todo este trabajo, por las mujeres que superaron penurias en el pasado, por las que luchan ahora y siempre, y para que la mujer del futuro no tenga que enfrentarse a la misma discriminación y desigualdad a las que aún se someten, por desgracia, muchas mujeres en la actualidad. El Día de la Mujer es un día para todas y cada una, de reflexión y protesta, y debería ser un punto de partida para la mejora, el cambio y el avance de nuestra sociedad».

María de Quesada es periodista, comunicadora en RRSS y profesora de yoga. «El Día de la Mujer fue ayer, es hoy y es mañana. Cada día es el día de la mujer en nuestras relaciones personales, laborales y sobre todo con nosotras mismas y nosotros mismos. Si somos más conscientes de los pequeños gestos diarios en casa, con la familia, en el trabajo y con cualquier persona desconocida en la calle el cambio existe. Que cada una de las personas seamos ejemplo del mundo de igualdad en el que queremos vivir y el que las nuevas generaciones hereden. Tomo como ejemplo de mujeres increíbles a mi abuela Rosario Ibáñez, que estudió la carrera de Ciencias Químicas en  los años 30 del siglo XX en València y fue la primera mujer licenciada en esta disciplina en España, haciendo caso omiso a las recomendaciones de su padre, que la paseaba a ella y a sus hermanas en calesa por la ciudad para encontrar marido; a mi otra abuela Encarna Bernabeu, que con una grave enfermedad que le paralizaba la pierna, crió a mi madre y a mi tío y sacó adelante todo lo que tenía que sacar; a mi madre, María José Herrero, mi gran ejemplo de valentía, honestidad y fortaleza, capaz de darnos a mí y a mis hermanas todo el amor que ella no ha recibido y más. Por todas ellas, todas las que somos y seremos, ¡feliz Día de la Mujer todos los días!».

María Bueno

Ilustración de María Bueno @pezonesrevueltos

Pere Ferrer es periodista y consultor en comunicación: «El Día de la Mujer se ha convertido para mí  en un homenaje a mi madre, que permanece muy viva en el recuerdo; un reconocimiento a mi mujer, todo un ejemplo de lo que supone educar y trabajar en estos tiempos; un agradecimiento diario a mi ‘dire y compis’ y en un deseo latente, para que en un futuro próximo no reparemos en que se puede distinguir a las personas por su género, que no haga falta hacerlo. Mi hija y su generación ya son más conscientes de ello».

María José Moreno es periodista y responsable de RRSS: «Siempre he sido feminista y no me planteó otra forma de ser. Es un hecho que, para mí, que me he criado en una casa con mayoría de mujeres, la igualdad y el respeto no era una cuestión de género. En mi familia se hablaba en femenino, antes de necesitar el leguaje inclusivo, el mundo era de colores y no distinguíamos entre chicos y chicas a la hora de elegir profesión, juego o ropa. En mi vida profesional, he tenido la suerte de trabajar con muchas mujeres profesionales y de tenerlas como jefas. Mujeres que saben de igualdad y no ponen barreras. En los últimos tiempos, soy consciente que, en la faceta de madre, hoy por hoy, hay mucha falta de feminismo. Lo veo en mi casa, y también en las casas de muchas amigas (que no en todas). La corresponsabilidad de las tareas cuando hay niños recae más en la mujer. Necesitamos más hombres feministas».

Desirée Tornero es periodista, emprendedora y directora ejecutiva de Agua y Sal Comunicación: «Será que he tenido mucha suerte, mis referentes son tres mujeres valientes, mi abuela, mi madre y mi tía. Desde pequeña las he visto liderar, emprender y criar. Las tres son ejemplo de fortaleza. Mujeres que en cada momento alzaron la cabeza y tomaron decisiones. A las tres me gustaría parecerme un poco».

María Gil es estudiante de periodismo en la Universidad Cardenal Herrera CEU: «El 8 de marzo es un día de alegría, de celebración, de estar orgullosa de ser mujer; de reivindicar que somos esenciales y necesarias en la sociedad. Es un día para recordar a aquellas que lucharon por nuestros derechos, pues gracias a ellas hoy podemos ser libres y llegar donde nos propongamos. El 8 de marzo es, sin duda, un día para estar unidas y pensar qué podemos hacer para que la igualdad sea realmente efectiva».

Cora Raga es graduada en Comunicación, Marketing y Relaciones Públicas  y gestiona contenidos, RRSS y publicidad: «Porque cada día sea 8M, por todos los ejemplos de mujeres en la historia y que no nos han dejado tener como referente, por las veces que no nos han tenido en cuenta y nos han hecho callar, por nuestras madres, abuelas, compañeras y amigas. Por las niñas que se merecen crecer en igualdad y sin estereotipos. Porque la igualdad es cosa de todas y de todos, no podemos dejar que nos sigan callando. “Nos quitaron tanto, que nos acabaron quitando el miedo».

 

Generación Igualdad

Este año el tema  en la ONU se denomina “Soy de la Generación Igualdad: Por los derechos de las mujeres” , siguiendo los pasos de la campaña de ONU Mujeres con el mismo nombre (Generación Igualdad) y que conmemora el 25º aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (1995), la hoja de ruta más progresista para el empoderamiento de las mujeres y las niñas en todo el mundo

Hagamos que 2020 sea un año decisivo para las mujeres y las niñas en todo el mundo. Hoy y ahora.

Fuentes estadísticas: ONU