Mentes flexibles, teletrabajo y el Rolex

En mi primer trabajo de periodista de más de dos meses y con contrato, allá por el 2005, tenía que estar sentada en la silla hasta las siete de la tarde. Daba igual si mi faena del día estaba y la del siguiente también, o si tenía una grabación en Alcoy y me tenía que levantar a las cinco de la mañana.

Por allí paseaba el jefe a controlar cada ratito, a veces como un espía sigiloso, observando qué hacíamos, cómo, si charlábamos, comíamos o nos reíamos. No había llegado FB a nuestras vidas, pero teníamos Google, sms y plataformas que triunfaron en su día como MySpace o FotoLog Continúa leyendo Mentes flexibles, teletrabajo y el Rolex