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Cuando la incertidumbre nos roba la vida

Un año de pandemia mundial con varios confinamientos y más de 70.000 personas fallecidas a día de hoy, me hacen reflexionar sobre la cantidad de veces que la incertidumbre me roba la vida. El presente. El hoy.

Empezamos con un miedo abismal y mucha sensación de pertenencia a la comunidad, a la sociedad, al mundo que se encerraba país a país de norte a sur y de este a oeste. Las noticias nos abrumaban mientras nos hacíamos una composición de lugar. La que podíamos después de haber vivido los años que fueran en un sueño que desconocíamos que lo era. Diez, treinta, cuarenta, ochenta años de vida sin pandemia y ahora llegaba un estado de alarma por alerta sanitaria. Prohibiciones. Mascarillas (¿recordáis que al principio ni había en las farmacias?). Y, de repente, empezar a mirar hacia dentro. Dentro de casa, de las personas con las que convivía, en el interior de mí misma.

Incertidumbre

Si hay una cosa que no he dejado de sentir, con mayor o menor intensidad, en todos estos meses es a incertidumbre. Ay, amiga, me haces de espejo cada día. ¿Cómo?, pensando si podré celebrar el cumple de nuestra hija con mi madre o no, andando por la calle me veo en marzo de 2022 yendo (o no) a un retiro aplazado por COVID-19 desde 2020.

Me pregunto si podremos viajar  con los niños este verano más allá de la Comunitat o si conseguiremos remontar las aulas de yoga presenciales que han quedado bajo mínimos en el estudio. Me pregunto si mi madre, los padres de Samuel y mis tías y tíos, que pasan los setenta, recibirán pronto la vacuna. Veo a Alfredo invitando a sus compis de clase a casa a jugar, no sé cuándo será, lo proyecto. Veo a las personas haciendo eventos, veo entre ellos entierros en los que la gente se abraza sin miedo. Me veo en un bar de tapas de Granada en el que no cabe un alfiler. Un concierto en un pub minúsculo. Me veo cantando en el coro sin macarilla y ensayando en un sitio cerrado. Reuniones con personas que se ven y se tocan.

Llevo regular mal no poder acercarme a las personas que más quiero. Y, sin embargo, soy una privilegiada.

Agradezco muchas cosas  cada día y entre ellas está el ser consciente de la vida que me roban en muchas ocasiones estos pensamientos. Los veo pasar, los cazo y les digo: «Seguimos sin respuesta a lo que me preguntas, te puedes ir». Entonces respiro hondo, pongo música y me voy a pintar con mi hija Julia. Y este momento no me lo robas, incertidumbre. Gracias por recordarme cada minuto que la vida es el ahora.

María de Quesada es periodista y profesora de yoga. En Agua y Sal Comunicación gestiona RRSS y crea contenidos, puedes encontrarla como @MariaDeQuesada en las redes.
 

Benvingut el cinema bilingüe!

Acabamos de dejar atrás una Gala de los Goyaprou especial! Y nos ha servido para acabar de asentar la verdadera realidad no bilingüe, más bien plurilingüe de nuestro país de países. Així som, qué collons!

Hay cine que se hace en euskera, gallego, catalán… pero no solo eso, empezamos a recuperar en según qué ‘pelis’ o series acentos, giros típicos de un territorio u otro. El resultado: hacen más veraz, cercana y creíble la historia que cada uno nos cuenta. Y no sé, porque no he visto las últimas Akelarre o Ane, cómo se desarrollan estas cintas en materia de diálogos. No sé si son monolingües o bilingües, pero lo que si se evidenció como una verdad verdadera es la realidad del valenciano en La boda de Rosa.

La cinta de Iciar Bollaín (madrileña) con un reparto en el que coinciden actores y actrices de Madrid, Cataluña, País Vasco y cómo no, València, está ambientada entre la capital de la Comunitat y Benicàssim y representa a la sociedad valenciana tal cual es. Por mucho que quieran vendernos una moto diferente, somos una sociedad bilingüe (aunque no al 100 %) si nos referimos al habla, y bilingüe en su totalidad si nos referimos a quienes entienden por igual el valenciano y el castellano. En La boda de Rosa se alternan los diálogos en nuestras dos lenguas cooficiales con una normalidad y naturalidad propias de lo que vivimos día a día en nuestras plazas y calles. Gent que parla en valencià, amb gent que et pot contestar en castellà i la conversa no es trenca, continua amb la fluïdesa pròpia de la nostra realitat mediterrània.

Som gent oberta, flexible, capaç de canviar d’una a altra llengua sense trencar l’harmonia que reforça la nostra presencia. I el més important, tenim sentit de l’humor com el que retrata també la comèdia Mi amor perdido on els ‘protas’ comparteixen un gat que soles atén en valencià.

I hi haurà gent que al ficar-se seria es passarà al castellà (o al revés), gent que traurà la seua millor cara parlant en valencià (o li passarà en castellà), gent de tota condició però que viu una mateixa realitat. Discrepe dels sectaris que defenen a capa i espasa un valencià, això sí, llarg temps vilipendiat, o aquells valencians ‘españolitos’ que imiten per norma l’accent de secà… ni uns ni d’altres representen la vertadera realitat valenciana, aquella que ens va obrir, inclòs, les portes de Roma, de la ma dels Borja, passant del valencià al italià o el que faça falta.

El valencià real es com aquell Salvatore de El nombre de la Rosa que parlava mil llengües, però tenia la virtut de, en acabant, de fer-se entendre.

A les hores, el cinema ens acosta més a la realitat de les societats que retrata quan s’expressa en les diferents llengües que hi es parlen.

Cinema, no patisques… tornarem!        

Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal Comunicación. Podéis seguir las andanzas de Pere en Twitter e Ig.

Todas las (personas) feministas

Otro 8 de marzo de 2021 y otro Día Internacional de la Mujer, institucionalizado como tal en 1975 por la ONU. Creíamos que conmemoraba a las mujeres muertas en el incendio ocurrido en una fábrica textil de Nueva York, a principios del siglo XX, y exactamente no fue así. Nuestra compañera periodista y coach feminista, Águeda Macián,  nos cuenta en FemDones la verdadera historia que hay detrás del 8 de marzo. La compartimos.

El antecedente más lejano lo encontramos en las manifestaciones y protestas protagonizadas el 8 de marzo de 1857, por obreras textiles, también de Nueva York. Estas mujeres fueron cruelmente reprimidas por la policía.

Pero el origen concreto hace referencia a la gran huelga, de 14 semanas, que tuvo lugar a finales de 1908 y principios de 1909 (donde también participaron las trabajadoras de la fábrica del incendio) que terminó, precisamente, el 8 de marzo de 1909, en una enorme manifestación con más de 15.000 mujeres trabajadoras. Sería en 1910, en la segunda Conferencia Internacional de la Internacional Socialista de Mujeres, cuando Clara Zetkin propuso el día 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en recuerdo a esa gran huelga de mujeres.

Causa impacto

Más de un siglo después, conmemoramos este día por un presente igualitario y un futuro mejor para las niñas que nacen cada día. A veces me frustro al intentar hacer entender a la gente de mi entorno que todas las personas somos feministas si entendemos qué es el feminismo y por qué es tan importante ser conscientes todos los días a través de pequeñas acciones. Y ahora sé que no es mi tarea enseñarles, que cada cual se informe. No son solo los grandes acuerdos internacionales o victorias legales, es sobre todo  lo que está a nuestro alcance: cuidar (peques, mayores, el hogar…) es una responsabilidad compartida; las jóvenes pueden ser lo que quieran ser, los niños pueden llorar y mostrar sus sentimientos, si ves un comportamiento inaceptable o acoso sexual habla, ayuda; no aceptes machismos ni en la cola del pan; ejerce tus derechos políticos, respeta las decisiones de otras personas, rechaza el lenguaje binario y sexista, infórmate, lee, aprende. Sé parte de la generación de la igualdad con tu madre, tu pareja, tu hija y tu vecino. María de Quesada.

Diferente

Este 8 de marzo será diferente. Pero si algo tenemos claro las mujeres es nuestra capacidad para afrontar y solucionar crisis. Por eso, aunque no podamos salir detrás de una pancarta, seguiremos reivindicando todo aquello que todavía necesitamos para alcanzar la ansiada igualdad. Al abrir la agenda el día 1 de marzo, apareció una palabra que lleva en mi cabeza desde entonces, “sororidad”, que proviene de la palabra inglesa sisterhood y que significa la solidaridad entre mujeres. Desde aquí gritemos fuerte: ¡más sororidad y menos testosterona! Desirée Tornero. 

Somos personas

Ante todo, puedo decir con orgullo que me siento realizado e integrado en el entorno laboral en el que día a día me desenvuelvo con mis compañeras. Cuando te haces mayor en un siglo diferente al que naciste eres más consciente, todavía, de la innecesaria y rancia distinción de las personas por motivos de raza, sexo, religión, opinión, nacionalidad o cualquier otra circunstancia personal o social. Dejemos de mirarnos con el filtro de estereotipos o etiquetas y convivamos sin discriminaciones, ni directas, ni veladas. Demos ejemplo a nuestras hijas e hijos o quizá ellas y ellos ya nos lo estén dando a nosotros para que entendamos que todos somos, simple y llanamente, personas. Pere Ferrer Sanchis.

Visibilidad femenina

El día de la mujer es para poner sobre la mesa y reivindicar temas que todavía están pendientes de normalizar. La igualdad salarial, el acceso a todas las profesiones, el peso de la conciliación, el emprender siendo mujer. En los últimos veinte años, he podido ser testigo de la evolución en el tema de la mujer. En mi época de universidad, pedíamos normalizar la figura de la mujer en todos los campos. Que sonaran nombres de mujeres como científicas, escritoras, políticas, jefas de informativos, deportistas… que fueran visibles para romper las barreras. Prácticamente eso ya se ha conseguido, las mujeres ya están.

Actualmente el debate que permanece es el de no dar un paso atrás, cuando llega una crisis económica o como la de ahora, sanitaria, las mujeres son las primeras en quedarse en casa y dejar su trabajo. Para normalizar la conciliación aún existe el 8 de marzo. Aunque es verdad que cada vez son más visibles grupos de mujeres y asociaciones, que defienden la importancia de no renunciar y contribuyen cada día en dar visibilidad a los problemas que nos separan de la igualdad. María José Moreno.

Polémica

El día de la mujer se ha visto enturbiado este año por la polémica generada entorno a las diversas opiniones entre si debe o no haber manifestación a favor de reivindicar los derechos y la figura de la mujer en la sociedad.

Como mujer, considero que somos nosotras mismas las primeras que tenemos que luchar por nuestra igualdad, por nuestros derechos. No obstante, lejos de querer abrir debate o disputa lo que pretendo es hacer una reflexión. ¿Es necesario salir a reivindicar cualquier tipo de derecho encontrándonos en una situación de alerta sanitaria? ¿No existen otras formas de manifestarse de forma cívica y sin que estas supongan poner en riesgo nuestra salud y la de nuestros seres queridos? En este punto en particular es donde creo que esta profesión puede jugar un papel fundamental en el futuro más próximo.

Equipo Agua y Sal

La COVID-19 ha traído consigo la digitalización de la sociedad de forma vertiginosa. Nos hemos adaptado a situaciones que pensábamos que jamás se darían y, sin embargo, aquí seguimos, comunicando como nunca antes lo habíamos hecho. ¿Por qué no aprovechamos todas esas herramientas digitales y nos manifestamos de un modo seguro? Expresémonos a través de las redes, sumémonos a movimientos online, creemos nuevas plataformas que impulsen el trabajo de las mujeres en nuestra sociedad. Hagamos lo mismo, o más, pero de forma responsable; protegiendo a aquellos a quienes queremos y admiramos, porque las mujeres tenemos que seguir siendo un ejemplo para la sociedad. Patricia Cervera.

Nuestra compañera Cora Raga ha hecho un pequeño recopilatorio de versos de canciones de grupos y cantantes que hablan sobre mujeres, igualdad, sororidad y la lucha feminista. Allá van:

“Arrels i ales, gràcies mamà, poder de dones” Imperfeccions – Zoo

“No tengo sobrenombre, no hay hombres sobre mí
Sobrevalorada es la palabra que más suelo oír

…Escritora, creadora, autora, comunicadora
Profesora, directora, no dictadora” Sugarina – Sara Socas

“A ningún hombre consiento
Que dicte mi sentencia” A ningún hombre – Rosalía

“Hey, avui el món és teu
La vida no s’espera
Pren impuls i sent
Que avui el món és teu
No miris mai enrere
Cavalquem el temps” El Món és teu – Els Catarres

“Esta no es la Dolce Vita
Pero juntas la hacemos más bonita
Te escucho si lo necesita’
Tú me das lo que la vida quita” La tirita – Lola Índigo

Hoy, 8 de marzo de 2021, todavía existen restricciones legales que impiden a 2.700 millones de mujeres acceder a las mismas opciones laborales que los hombres. Menos del 25% de los parlamentarios eran mujeres en 2019 y una de cada tres mujeres sigue sufriendo violencia de género.

Hagamos entre todas (las personas) que 2021 sea un año decisivo para las mujeres y las niñas en todo el mundo. Nacer mujeres no nos hace inferiores ante el mundo ni ante la ley, y queda camino para que la sociedad sea un reflejo de esta realidad. Caminemos.

Comunicar en 2021

Pararse y escuchar qué opinan las personas profesionales de la comunicación es todavía una virtud que no todas las empresas tienen. Parece que en España, y pleno siglo XXI, la postura de las agencias de comunicación o la figura del dircom están desdibujadas del panorama empresarial.

Muchas personas empresarias viven en una constante crisis de fe con respecto a sus la figura del/de la profesional de comunicación. En multitud de ocasiones vemos como los/las jefes/as deciden los planes estratégicos de comunicación o le dicen a su jefe/a de prensa qué puede comunicar a los medios y qué no. ¿Qué ocurre entonces? ¡Sorpresa! Las campañas, estrategias y demás peripecias que se inventa no funcionan.  

La COVID-19 ha traído consigo nuevas oportunidades en el mundo de la comunicación, nuevas herramientas tecnológicas revolucionarias que permitirán a las empresas en un futuro próximo -porque hay luz al final del túnel- posicionarse y promocionarse de forma rápida y eficaz en el mercado. Porque lo que no se comunica no existe y llevamos casi cien años de letargo con respecto a estas prácticas. Es hora de despertar y de poner el foco en lo que realmente importa: comunicar funciona. 

Retos pospandemia

Con toda seguridad podemos afirmar que las empresas se enfrentan a un reto en cuanto a las formas de comunicar post COVID-19. Las predicciones auguran un futuro muy oscuro, casi negro, para aquellos que no se adapten a la digitalización con gran celeridad. Hoy en día no estar online es casi “Crónica de una muerte anunciada”, como diría Gabriel García Márquez. La era de la comunicación será más comunicativa que nunca y se nutrirá de las nuevas tecnologías para ofrecer servicios hasta ahora impensados, puesto que la innovación sigue y seguirá siendo la tendencia al alza en todos los sectores, incluido este. 

En los últimos años hemos visto cómo las estrategias de comunicación han cambiado radicalmente, cada vez se vende menos producto y más valores. Sin duda invertir en un plan estratégico en comunicación de valores será un must -como en la moda- para las empresas que quieran seguir creciendo. Al hilo de esto último cabría destacar también la importancia en el alma y la pasión como motores de las relaciones, no solo para con los clientes o públicos potenciales, sino también con los las personas empleadas. Esto puede suscitar duda y controversia porque ¿cómo vamos a mostrar humanidad en una era de digitalización? Se puede y se debe fomentar la relación interpersonal, adaptando las relaciones a la digitalización y viceversa. 

Lo cierto es que los/las profesionales aseguran que la pandemia trae nuevas oportunidades en el mundo de la comunicación y es fundamental que las empresas escuchen a los gabinetes de comunicación para aprovechar la situación, porque recuerden: lo que no se comunica no existe. 

Pati Cervera es copywriter, adicta a la moda y a las RRSS. Podéis seguirla en @paticervera_

Somos de radio

El 13 de febrero es la fecha proclamada por las Naciones Unidas como Día Mundial de la Radio.

Es curioso saber que la iniciativa para el establecimiento oficial de esta celebración internacional partió de la Academia Española de la Radio; de manera que, en 2011, la propuesta fue finalmente presentada por la Embajada de España en la UNESCO, así como también por la Misión Permanente de España en la ONU. Ya han pasado diez años desde que la radio recibe este merecido homenaje, pero nos viene acompañando desde finales del XIX cuando se inventó, aunque las primeras transmisiones comenzaran a principios del siglo XX y entre Tesla y Marconi se reparten hoy los méritos.

En Agua y Sal Comunicación nos sentimos muy vinculados a la radio por su función informativa, de inmediatez y a la vez próxima, de acompañamiento, íntima. La radio le da voz a la palabra y nosotros siempre nos hemos identificado con todo lo que implica comunicar de manera transparente y cercana.

Pere Ferrer en Onda Eñe

 

Pere Ferrer y María José Moreno en Onda Eñe
María de Quesada en Intereconomía Radio

 

Patricia Cervera en la radio del CEU

 

Somos de radio y hoy lo celebramos.

Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal Comunicación. Podéis seguir las andanzas de Pere en Twitter e Ig.

 

¿Estamos tontos o somos tontos?

Una cosa les voy a decir, y en plural mayestático, para no dejarme a nadie, incluso a mí mismo, ni herir la sensibilidad de los ‘ofendiditos’: ¿Estamos tontos o somos tontos? ¿Recuerdan que no nos quitamos de encima esta maldita pandemia? ¿Han olvidado que los contagios, ingresos en UCI y muertes con nombres y apellidos no menguan? ¿Saben por qué ‘ola’ vamos ya? ¿Qué tenemos una larga lista de restricciones a las que se suman además multitud de recomendaciones? 

Y viene un temporal de frio y se lanzan en tropel a ver la nieve… Y colapsan carreteras y desvían la atención principal de las fuerzas de seguridad que debían ayudar a transportistas o a las poblaciones aisladas… Además de fiestas ilegales, rescates y aglomeraciones innecesarias… Son tantos los despropósitos, hasta las autoridades no ayudan, de acuerdo ¿qué hace un gobierno municipal progresista y ateo montando una cabalgata de SSMM los Reyes Magos improvisada? Es precís?

Pero no nos están recomendando que nos quedemos en casa ¿dónde vamos? Quo vadis? ¡Qué se nos hace largo el asunto del ‘bicho’, desde luego! Pero quedémonos en casa, seamos más sensatos que nuestros políticos que a cada orden lanzan una contra orden. ¿De verdad vamos a dar crédito a alguno de esos influencers negacionistas solo porque tengan una legión de seguidores? ¿Les recuerdo la máxima de que la mierda debe estar buena, ya que tropecientos mil millones de moscas no pueden estar equivocadas?  Fijémonos con los números ¡espantan! Hagamos caso de los de bata blanca que se están comiendo el marrón a pecho descubierto. ¡Por favor! Un poco de sensatez y cordura o esto se hará eterno.

Llegados a este punto, hace unos días, mientras pasaba un rato con mi padre, al que lo de octogenario ya se le va quedando corto, y yo sin quitarme la mascarilla en ningún momento, recibía por el grupo de Whatsapp familiar la foto de mi sobrino y ahijado. Mi sobrino es enfermero, recién titulado, la pandemia le abrió ya hace unos meses la puerta del mercado laboral. Paradojas de la vida. Hoy ya está en una planta COVID y confirmo que me sorprendió e impactó su indumentaria de batalla (mono blanco con capucha, guantes, mascarilla y gafas aislantes). Era mi sobrino, lo reconocí solo por sus ojos, por su mirada joven, llena de fe y esperanza, de fe en su trabajo, en el esfuerzo y el ímpetu que otorga la vocación de ayudar a las personas y esperanza en la vacuna que ya había recibido ese mismo día.

Y me doy cuenta de que personas como ellos, los que van de blanco, al igual que los de blanco que se han ocupado estos días de despejar rutas y carreteras en brigadas de conservación y mantenimiento, o el ejército, las fuerzas de seguridad, los transportistas, los voluntarios… Todos ellos y muchos más están ayudando a rebajar esos niveles de tontería de una sociedad muchas veces superficial, inmadura, inconsciente, maleducada… atontada. Ayudemos, entre todos, a subir el nivel, por favor, no hace falta ya que nos dicten o impongan una norma, no debería hacer falta, deberíamos ser conscientes, responsables, ya sabemos cómo las gasta esta pandemia, ya hemos vivido un confinamiento. No olvidemos las lecciones que dijimos haber aprendido.

Artículo de Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal Comunicación, publicado en la edición de enero de El Periódico de Aquí. Podéis seguir las andanzas de Pere en Twitter e Ig.

La magia de la intención

Enero (y este especialmente) trae una motivación extra que es la de empezar el año con la página en blanco. Una oportunidad de seguir adelante con lo que funciona en nuestras vidas y para dejar ir lo que no.

 
Una resolución es algo que se decide con determinación, tanto que en uno de sus significados se trata de un decreto, providencia, auto o fallo de autoridad gubernativa o judicial. Las resoluciones y propósitos suponen que si no las consigues has fallado, no has sido suficientemente constante, y en nuestras mentes con tendencia al auto juicio esta sensación puede ser demoledora.
Dejar de fumar, bajar de peso, ir al gimnasio, conseguir un trabajo ideal, una pareja perfecta… ¿te suenan? Muchas veces este tipo de propósitos nos llevan directamente a la frustración porque lo normal es empezar con mucha motivación y después caer en el agujero al ver que no conseguimos nuestros objetivos de manera inmediata. Esta clase de metas nos invitan a machacarnos mentalmente mientras queremos conseguirlas y directamente a sentirnos horriblemente mal si no lo hacemos.
La magia de la intención
Al establecer una intención, el punto de partida es mucho más compasivo y puedes avanzar sin tener ese apego al resultado y disfrutando del viaje. Una intención puede ser: tratarme mejor a mí misma y a los demás, ser más amable, ver el lado positivo, escuchar con más atención, cuidar de mi salud, explorar mi paciencia, soltar algo que no me sirve…
 
Habrá muchos momentos en que no lo consigas pero no habrás fallado porque lo estás intentando, y una cosa que no podemos proponernos es ser la perfección personificada porque no existe más que en nuestras mentes como concepto, y es variable de persona a persona. Eso lo tenemos claro, ¿verdad? Pues te animamos a que este 2021 empieces con una lista de intenciones alineadas con tu bienestar porque ¿sabes qué? Te mereces lo mejor y todo cambio empieza por ti. 
Que en 2021 todas tus intenciones se conviertan en realidades.
María de Quesada es periodista y profesora de yoga. En Agua y Sal Comunicación gestiona RRSS y crea contenidos, puedes encontrarla como @MariaDeQuesada en las redes.
 

¡Salvemos el periodismo que aún queda!

La sangría en el gremio periodístico cada vez es mayor y los males que le acechan cada vez más numerosos, pero dejemos de echar la culpa a todo lo que se menea, por un segundo, y asumamos nosotros alguna. Es triste reconocer que la ausencia de corporativismo ha impedido que nos enfrentemos, al menos, en sintonía a una realidad que cada día que pasa es más cruda.

El periodismo, casi siempre, ha adolecido de una gestión empresarial cabal y seria, y los negocios si no son rentables, acaban por dejar de ser negocios. A los periodistas, también, les ha podido el ego de la exclusiva, algo que tuvo mucho sentido desde el inicio de los tiempos, pero no ahora, desde luego. Y eso ha impedido cierta cohesión. Claro que hay que desvelar desmanes, pero no dejen de informar en el día a día, porque existen muchos canales a nuestro alcance y el foco de la información ya no solo reside en los medios.

Y ahora me dirán, ya, pero los medios aseguran la veracidad. Pues sí, es verdad, la misma veracidad que muchas veces se ha difuminado en aras de una gruesa línea editorial. Qué quieren que les diga, echo de menos aquella Hoja del Lunes, por ejemplo, que se limitaba a informar de forma aséptica y además aseguraba el descanso en una profesión que nunca ha contado con un cómodo horario.

Ahora parece que los lectores o audiencias tengan que hacer una labor de filtrado informativa a la inversa porque muchas veces la información ya viene ‘opinada’ desde las redacciones.

Y luego está esa pléyade de tertulianos o cronistas, como algunos que se atreven a decir que el cierre de delegaciones es una estrategia centralista para que el hilo informativo no pierda su, por otro lado, tufillo mesetario… ¡Buf, discrepo! Porque de ser así es como constatar que los políticos, instituciones, el poder en sí, ha conseguido erosionar la función principal para la que los medios fueron creados: informar de manera veraz e independiente. Al tiempo que se asume lo perniciosa que es la política para el periodismo.

Me duelen muchas cosas de éste, aún así, apreciado gremio, tantas que podría alargar la columna como un rollo de papiro romano. Pero defiendo el valor de la información y la comunicación como funciones básicas y esenciales en un sistema democrático. Por eso, quizá ya el último cartucho que nos quede sea la creación de un colegio profesional que ejerza esa función de salvaguarda y escudo, por encima de un, hasta ahora, asociacionismo al que le faltan recursos y le sobra, en algunos casos, un innecesario poso ideológico.

La función informativa debe aspirar a vivir de sus lectores / suscriptores y si está perdiendo muchos, pensar cómo recuperarlos o ganar otros nuevos. Y los ingresos por publicidad deben mostrar un equilibrio entre lo público y lo privado. Y por cierto, el reparto de las campañas públicas debe ser tan ecuánime como riguroso, no arbitrario y sectario y cuando esto sucede, algo que seguimos viendo aun cuando cambian de color los gobiernos, perdemos todos. Pierde la sociedad, pierde el periodismo y se echa a perder el político.

Y llegados a este punto, empecemos a preguntarnos si el mal viene más lejos de Almansa. ¿Cuántas generaciones que vienen por detrás nuestro han crecido ya sin leernos (prensa), escucharnos (radio) o vernos (TV)? Hay otros mundos y parece que los periodistas y el periodismo seguimos sin reparar en ello.

Desde luego, esto da para mucho. Si tienen a bien seguirnos, seguiremos reflexionando, con el honesto objetivo de que el periodismo pueda seguir informando.           

Artículo de Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal Comunicación, publicado en la edición de diciembre de El Periódico de Aquí. Podéis seguir las andanzas de Pere en Twitter e Ig.

Nuevos tiempos, nuevos modelos, también para los medios de comunicación

En Agua y Sal Comunicación no dejamos de darle vueltas a un asunto. Si estamos apoyando a sectores y colectivos tan diversos como el del pequeño comercio, juguete, construcción, náutica, hostelería o deportes, entre otros, en su adaptación a este nuevo escenario. ¿A qué esperan los medios de comunicación?

Hemos visto o constatado como crecen las audiencias, lectores y páginas vistas en estos últimos meses, que ya nos parecen un lustro, al tiempo que ellos han sufrido al ver como menguan sus ingresos por publicidad. La crisis es así de cruel y contradictoria.

Ya no vamos a incidir en el exceso de canales, medios o soportes, en la inmediatez de las redes que secuestran el concepto de ‘primicia’ y desvirtúan la noble función informativa, la desafección creciente de los públicos, sobre todo, de las nuevas generaciones, la precariedad que afecta a la calidad del producto… Son tantos los detonantes negativos que insistimos en la necesidad de que los periodistas, los medios de comunicación y el periodismo, en general, encuentren ese nuevo espacio de rigor frente al ruido, de información de calidad y que despertemos nuestra conciencia y nuestro bolsillo a la hora de asimilar que bien valdrá la pena pagar por ello.

Desterremos esa idea superficial y fallida del ‘periodismo ciudadano’, sin que el ciudadano se aleje del periodismo, porque ‘dar’ con la información y ‘darle’ forma, es una tarea tan importante como cualquier otra y así debemos reconocerlo.

¿Pagamos por nuestra conexión de red, por una plataforma digital para ver cine o series, por el fútbol, por un videojuego online…? Paguemos, pues, por estar bien informados. Esa es la tendencia para que el periodismo recupere su independencia y su prestigio. Son nuevos tiempos y se imponen ya nuevos modelos también para los medios.

Poco a poco vemos como se producen nuevos intentos y desde esta humilde parcela, como facilitadores e intermediarios de la información, les animamos a ello. Nos llegan ejemplos dentro y fuera de nuestras fronteras; desde luego, fuera siempre van por delante. Pero conviene generar ese nuevo hábito de hacer valer la información y cobrarla para que el ciudadano se la tome en serio.

También es verdad que si el papel entra en caída libre es porque las cabeceras no han encontrado o buscado la fórmula para seguir siendo visibles en la calle, en el punto de venta que tanto han desatendido. También es verdad que los ingresos de publicidad convencional no son lo que eran, máxime en estos tiempos y sabemos de la rígida reticencia de los anunciantes a salir del papel. Pues adelante, pues, con el modelo de suscripción, de las aportaciones flexibles y voluntarias, de los foros, eventos o debates con patrocinios… Rastreen el mercado y busquen sus opciones, pero no dejen de informar de forma veraz, la sociedad necesita medios libres, estables e independientes.

Días atrás leíamos que cerca de 350.000 usuarios ya pagan por leer información digital en España. ¡Es un primer paso!

Pere Ferrer 

Viajar en el Puente de Octubre en 2020, así lo hemos hecho en Agua y Sal Comunicación

Si hay algo que tenemos en común todas y cada una de los y las que formamos el equipo de Agua y Sal Comunicación es que nos encanta viajar, y cuando podemos aprovechamos para hacer alguna escapada, así que este puente no ha sido menos. Ya sea por la terreta, a medio camino entre el Atlántico y el Pacífico o por la Ciudad de la Luz, cada uno hemos disfrutado de nuestro destino.

Empezamos con Cora, la que más millas ha recorrido, hasta París. “A día de hoy, la ciudad está vacía, solo nos vamos a encontrar con franceses y sus ajetreadas vidas en las terrazas de los restaurantes. La parte positiva es poder ver y hacer fotos a monumentos como Notre Dame o la Torre Eiffel sin apenas gente, o visitar el Louvre o el Orsay sin tener que comprar la entrada anticipada ni tener que esperar en colas eternas para acceder. Eso sí, monumentos menos típicos como las Catacumbas se han adaptado a un protocolo muy estricto de aforo y los parisinos han acaparado las entradas. Otro de los lugares que bajo mi punto de vista merece la pena visitar ahora es Disneyland París. Si habéis estado, seguro que recordáis las colas eternas en las atracciones, pues bien, nada de eso ocurre en estos tiempos (y menos entre semana), en el parque hay poquísima gente y muchas medidas de seguridad, el tiempo allí se aprovecha muchísimo más con esta situación”.

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Cora en la catedral de Notre Dame en reformas tras el incendio y solitaria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desirée ha preferido quedarse en España, pero se ha ido lejos, a la Tacita de Plata. “Ya es la tercera vez que viajo a Cádiz y siempre vuelvo con muy buen sabor de boca, no solo por el atún (riquísimo) también por sus enormes playas, sus murallas, su cultura. En sus 260 kilómetros de costa atlántica destacan sus extensas playas y arena fina, y lo que más sorprende, muchas de ellas aún no urbanizadas. En la Costa de la Luz me quedo con la Playa de Bolonia en Tarifa. A pesar del viento, que prácticamente siempre hace, esta playa es inmensa y sus dunas la hacen diferente. Es precioso ver la cantidad de gente que hay haciendo kite surf, por lo que se forma un paisaje colorido que no puedes dejar de fotografiar. Además de Cádiz y Tarifa, es de visita obligada El Puerto de Santa María, Barbate, Los Caños de Meca, Conil de la Frontera o San Lúcar de Barrameda. Como dicen los seguidores del Cádiz CF “Salud, cadismo y libertad”

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Desirée, entre dos mares, Tarifa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

María José se ha quedado algo más cerca, en Dénia. “Lo importante era salir y cambiar de aires, y hacer un poco de turismo con la familia. Paseos y juegos en una playa casi desierta, ver el atardecer desde un espigón del puerto deportivo y turístico de Marina de Dénia y recorrer el castillo donde contemplar unas vistas espléndidas del mar, el puerto de Dénia, los barcos y también el Montgó. Un lugar de la costa Mediterránea que en los meses estivales se encuentra más masificado, pero ahora en octubre hemos podido disfrutar tranquilamente. Un primer viaje seguro que nos ha animado a preparar futuras escapadas. Ya que conocer nuevos lugares, es una forma de aprender, sobre todo si te acompañan miradas de niños que disfrutan con todo lo que es diferente”.

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María José, disfrutando en familia de los atardeceres de Dénia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pere ha optado estos días por recorrer las calles del Cap i Casal, coincidiendo con la fiesta de todos los valencianos. “Optamos por un paseo en familia y con amigos en tranvía desde Burjassot hasta el Pont de Fusta, entrando por la calle Navellos, donde se encuentran Les Corts Valencianes, detenerse en la Plaza de la Virgen, pasar por la calle del Palacio Arzobispal hasta la Plaza de la Virgen, calle San Vicente, Plaza del Ayuntamiento, Guillem de Castro y San Agustín. Todo ello, disfrutando de un bullicio controlado y un transitar de curiosos, turistas y vecinos ordenado. El resto del puente, y con un partido de fútbol de nuestro pequeño Ricard de por medio, nos desplazamos a la pequeña localidad de Yátova, reconociendo paisajes de la Hoya de Buñol que hacía mucho tiempo por los que no transitaba. Además de una jornada de senderismo matutino por la Sierra de la Calderona, muy cerca de la Cartuja de Porta Coeli. ¡Hay tantos espacios ‘al costat de casa’ por descubrir!”.

Viajar en pandemia agua y sal comunicación
Pere nos enseña la Plaça de l’Ajuntament de València en la celebración del 9 d’octubre

 

 

 

 

 

 

 

 

Esperamos haberos dado alguna idea para próximas escapadas. ¿Cómo habéis aprovechado vosotros estos días? ¡Tomamos nota de vuestros planes!