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¡A gastarse el salario mínimo a la calle Colón!

Hace ya unas semanas que le venimos dando vueltas a la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) que se ajusta en 950 € y, bulos aparte, que los ha habido y no ayudan, a tenor de los números que nos han presentado, me da que la cosa queda así: la empresa se ‘rasca’ un 40% largo de más por cada nómina; al trabajador que lo recibe se le lava la cara con una leve subida y quien de verdad gana con la jugada es el señor Estado con los ingresos por cotizaciones, casi 250 millones de euros más a sus arcas, según nos cuentan los especialistas.

Hace tiempo que hay un desfase grande entre la realidad del mercado y la realidad virtual que viven sus señorías y a veces uno piensa en si sus acciones son para beneficiarnos o para que ellos puedan seguir recaudando. Y no me sirven noticias como las del Vicepresidente (Iglesias) renunciando a parte de su sueldo por vergüenza torera. Le honra, desde luego, pero o se suman todos a la misma causa o no sirve de nada y otra cuestión se plantea al respecto ¿qué salarios son los justos, los de ellos o los de millones de currantes de a pie? ¿Qué realidad impera? Porque lo he dicho ya en alguna ocasión, me parece indecente que señorías que se mueven en ratios de los #cuatromiles para arriba (y me quedo corto si tenemos en cuenta lo que dejan de pagar: dietas, desplazamientos, comunicaciones,…) decidan que lo justo es que el SMI roce los mil euros. ¡Cuán agradecidos debemos estar!

Mileuristas

Se me ocurre que todos los casi mileuristas del cap i casal y de su área metropolitana ya pueden celebrar la subida salarial en la calle Colón y aprovechar el remate final de rebajas. Ese músculo comercial de la ciudad que sigue sumando quebraderos de cabeza a la movilidad. Ahora la idea es que dejen de pasar coches, y la verdad es que para lo que habían hecho mejor que no pasaran, pero de ahí a que la llenemos de buses. La idea es que en lugar de 500 pasen más de 850, en las horas del día en las que hay servicio.

A mí, sinceramente, los buses ya me parecen demasiado grandes y buena parte de la flota altamente contaminante. Igual convertimos la principal calle comercial en una estación intermodal y seguimos sin ver la calzada, antes petada de coches, buses, motos, taxis y vehículos profesionales y en adelante del rojo (EMT) y el blanco (taxi), pero seguiremos sin ver la calzada.

¿No era la ciudad para las personas? ¡No hay #webs a hacerla peatonal!

Artículo de Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal, publicado en la edición de febrero de El Periódico de Aquí.

Podéis seguir las andanzas de Pere en Twitter e Ig como @perefe (s)

De romanos, vulvas no me salen

Nos han timado a todas y a todos. Desde que nos enseñaron que el masculino genérico incluía a las mujeres, empezamos a usarlo sin preguntarnos nada y a mí me han pasado cuarenta años. Hace poco, asistí con una amiga periodista a una charla de la filóloga, feminista y especialista en lenguaje inclusivo y no sexista, Teresa Meana. Tenía algunas dudas y, de repente, se  volatilizaron dando paso a una gran claridad. 

Si leemos:

Cansados, llegaron los tres al pueblo.

¿En qué pensamos?: ¿los amigos?, ¿los hidalgos?, ¿los chavales? Pues no, se trataba de dos mujeres y un caballo.

Todas nos transformábamos en todos en el momento en que un niño, adulto o hasta un caballo entraba en la sala. Fuéramos una o quinientas éramos todos. Todavía hoy seguimos siéndolo en muchos textos y bocas, aunque cada vez menos. Hoy sabemos, gracias a estudios como este del departamento de Artes Plásticas del IES Berenguer Dalmau (Catarroja), que el masculino genérico NO incluye a las mujeres.  Ni en el imaginario de la persona que lo lee, ni en el de la que habla o escribe. Podéis sacar vuestras propias conclusiones diciéndole a vuestras hijas o hijos que dibujen dos astronautas, tres presidentes y una sala de enfermeros (todos muy masculinos genéricos). El timo de la estampita en la lengua ha durado bastante, y ahora que tengo voz, voy a usarla de por vida.

Para la RAE, y tristemente para toda la sociedad, el uso genérico del masculino «tiene que ver simplemente con el principio básico de la economía lingüística». Se han ahorrado nombrarnos durante demasiados años, y ya es hora de emerger del limbo lingüístico para tener presencia en la imagen colectiva. Y si tú crees que estás incluida, allá va otro ejemplo:

Los romanos vivían en villas.

Si estás pensando en mujeres es porque te lo he sugerido yo antes, o porque eres del 0,1 % de la población. A mí se me presentan señores romanos con faldas, eso sí, y que vuele la imaginación. Pero de romanos, vulvas no me salen.

Aunque no ha sido siempre así en la historia, este fragmento del Decreto de expulsión de los judíos (y judías, claro), de 1492, nos descubre lo contrario:

«E mandamos que nadie de nuestros reinos sea osado de
recebir, acoger o defender pública o secretamente a judío nin judía pasado el término de julio so pena de confiscación de todos sus bienes. 
Dado en esta ciudad de Granada el Treinta y uno dí­a de marzo del año de nuestro señor Jesucristo de 1492. Firmado Yo, el Rey, Yo la Reina, y Juan de Coloma, secretario del Rey y la Reina quien lo ha escrito por orden de sus Majestades».

Teresa Meana dice lo siguiente al respecto de la citada economía del lenguaje: «No es una repetición nombrar en masculino y femenino cuando se representa a grupos mixtos. Son realidades diferentes y como tales deben ser nombradas. Así pues, no es duplicar ya que duplicar es hacer una copia y no es el caso. Tampoco es válida la objeción que remite a la economía del lenguaje. Éste es una herramienta a nuestro servicio, y son las inquietudes, vivencias y pensamientos que volcamos en él los condicionantes que realmente limitan nuestros usos, no el lenguaje en sí mismo».

Para mí, la economía del lenguaje es otro invento más para quien quiera ahorrarse a las mujeres. Señores y señoras de la RAE (que hay siete de cuarenta y cinco, por cierto), de ahora en adelante no me ahorraré ni una hija, ni una amiga ni una socia.

Llevo cuarenta años enterrada en la lengua «de todos» y en la mía propia. Pasaré todo lo que me quede desenterrándonos a todas de los todos, los ciudadanos, los humanos, los romanos, los alumnos, los estudiantes, los niños o los  empleados. Y si alguien tiene dudas, que yo las tengo y muchas, aquí tenéis algunas estrategias sacadas de este libro de la filóloga para combatir el uso sexista y androcéntrico del lenguaje. Porque las palabras NO se las lleva el viento. Gracias por tu labor inmensa, Teresa.

María de Quesada es periodistaprofesora de yoga. En Agua y Sal Comunicación gestiona RRSS y crea contenidos, puedes encontrarla como @MariaDeQuesada en las redes.

Dicen que somos adictos y adictas digitales

Dicen que somos adictos y adictas digitales. Pendientes de los likes y de publicar dónde estamos y lo que hacemos, de mirar las últimas fotos subidas, comprobar qué han hecho las personas que conocemos el fin de semana, echar un vistazo al producto recomendado del día. Gastamos horas de sueño y momentos de la vida real por vivir un sueño en el mundo digital.

La tecnología, como cualquier avance, tiene detractores y partidarios. Todo depende de su uso y, sobre todo, del tiempo que le dedicamos. Lo importante es entender su utilidad y sus posibles peligros. Existen aplicaciones para todo lo imaginable, incluso para limitar el uso de los aparatos tecnológicos. Aplicaciones que pasado un tiempo hacen que se apague la tablet. Modo off.

Para los que nos dedicamos al mundo de la información, el uso de las redes sociales es un gran avance. Ya que han sido y todavía lo serán durante mucho tiempo un canal de comunicación excelente. Las marcas han tenido la oportunidad de acercarse a la gente para dar a conocer sus novedades, también para poner en valor su marca hacia la sostenibilidad, lo saludable, lo social y humanitario.

Avaricia y Facebook

Algunos expertos ya van advirtiendo que el actual modelo Facebook empieza a perder fuerza. La avaricia puede llevarle a la desaparición, y es que lo que empezó siendo un lugar increíble para encontrar a gente, chatear y compartir vivencias, está evolucionando en un lugar exclusivo de pago.

Cada vez más, la publicación para ser visible requiere de inversión publicitaria. Y los usuarios están detectando que se cuelan más publicaciones comerciales que actividades de los amigos o temas de interés.

Actualmente, Facebook sigue siendo la red social con más seguidores, la red en la que se tiene que estar. Pero detectamos que el aumento de seguidores se va a Instagram, que potencia las imágenes, y el compartir al momento. Por otro lado, la red social más profesional, Linkedin se mantiene y mejora como lugar de encuentro para las empresas y los comentarios más valorados.

Dicen que la tecnología cada vez se encontrará más presente en nuestro día a día, dicen que los niños ya son nativos digitales y necesitan que les enseñemos a utilizarlas correctamente, antes de que los youtubers sean sus verdaderos maestros de la vida.

Mientras, permaneceremos atentos a los cambios, y apostaremos por las redes sociales y las aplicaciones que apuesten por la información y las publicaciones de calidad, así como aquellas que fomenten el espíritu crítico desde la educación.

María José Moreno es responsable de contenidos y gestión de RRSS en Agua y Sal Comunicación. También podéis seguirla en sus redes sociales como @MajosMoreno

Las fake news y el pin parental

Pin parental por aquí, pin parental por allá, mis hijos son míos, los tuyos también son míos y así todo el día. Pero a ver, esto, ¿a santo de qué? La respuesta es simple: a propósito de las fake news y la alarma social. Cuánto daño hace y cuánta desinformación.

Creo que, como comunicadores, estemos más o menos de acuerdo con unas ideas políticas o con otras, no podemos permitir afirmaciones como que: en el aula “los niños aprenden juegos eróticos”, que se utilicen imágenes y vídeos de performances o una academia de sexualidad para adultos en otros países, o que se está “homosexualizando a los niños” para decir que eso es lo que pasa en las escuelas españolas. Lo peor, que mucha gente se lo cree: tuits, noticias y cómo no, cadenas del fantástico WhastApp están llenas de estos mensajes virales.

Así que, desde aquí, reivindico la necesidad de denunciar bulos, fake news y otras barbaridades y, sobre todo, no darles difusión ni mucho menos credibilidad, porque estas falsedades se difunden más rápido que la verdad.

Además, ¿qué valor les estamos dando a todos los agentes sociales que trabajan por y para la educación: profesorado, consejos escolares y demás órganos de gestión con estas afirmaciones? Pues todo el contrario al que se merecen, se les está dejando a la altura del betún, cuestionando su autoridad, nos estamos entrometiendo en su labor docente y en la libertad de cátedra. (Esto no lo digo yo, lo dice Díaz Ayuso).

Charlas sexuales sobre menstruación

Y aquí una opinión: tengo casi 25 años, en todos mis años de escolarización, di UNA sola “charla sobre sexualidad” en la que nos explicaron “qué es la menstruación”. Os puedo asegurar que tuve (todos tenemos) INFINITAS dudas que hubiese querido que un adulto responsable (y aquí nadie piensa en sus padres) me hubiera ayudado a resolver, de manera que habría evitado miedos infundados y creencias ridículas. Solo os diré que en 3º de la ESO me quise hacer la chula y la interesante poniendo en un test de personalidad que quería ser sexóloga. Ale, ahí lo lleváis. Para terminar, y como estamos hablando de “movidas educativas” os mando deberes: ver la serie de Netflix «Sex Education».

Cora Raga gestiona contenidos, RRSS y publicidad en Agua Y Sal Comunicación y sí, es toda una crack en lo profesional y un amor en lo personal.

 

El nuevo Gobierno gestionará la Educación por fascículos

Han tenido que pasar más de 40 años de vida democrática para ver un primer Gobierno de la Nación de coalición. Nos ha costado tanto que ha habido que pasar por las urnas ‘cienes’ de veces en dos años, hasta ha habido que hacerlo muy amplio, el segundo más amplio hasta la fecha.

Y lo que más me llama la atención es la fragmentación de una cuestión tan delicada como la educación. Nada menos que cuatro ministerios para repartirse como cromos la que debiera ser una de las indivisibles perlas de la corona. También es verdad que el anterior gobierno ya desgajaba la materia en tres. Ahora la señora Celaá (PSOE) mantiene Educación y Formación Profesional, pierde la portavocía eso sí; Pedro Duque (PSOE – independiente) mantiene Ciencia e Innovación y pierde Universidades en beneficio de Manuel Castells, del que solo se hablan maravillas, que entra en escena por Unidas Podemos y nos queda Cultura y Deportes, que cae en manos de un antiguo alumno del EPLA (Godella), natural de Mislata: José Manuel Rodríguez Uribes (PSOE), el alcalde Bielsa estará orgulloso.

La cuestión es ¿ganamos o seguimos perdiendo en materia educativa? ¿De verdad vamos a gestionar mejor si repartimos ‘la cosa’ en cuatro ministerios? ¿De verdad habrá coordinación entre ellos y fluirá la comunicación? Porque, desde luego, Educación, Formación Profesional, Ciencia e Innovación, Universidades, Cultura y Deportes son partes de un mismo todo que ahora cuatro de sus veintidós señorías asumen por fascículos.

La mala educación

Y lo que más me preocupa, en estos tiempos de escasa educación, o lo que es lo mismo o peor, la imparable y creciente ‘mala educación’, convendría que nos tomáramos muy en serio qué educación tenemos y qué educación queremos. Cuántas veces hemos escuchado hablar de un gran Pacto de Estado por la Educación y este pacto nunca llega y cada vez vemos como el nivel educativo mengua como las reservas de agua en embalses y pantanos. Comprobamos que el único debate es ideológico o de confrontación al enfrentar enseñanza pública ante concertada o privada. Al tiempo que transferimos competencias para que cada territorio cuente la historia a su antojo; dejamos a su suerte a un profesorado que requiere más apoyos que nunca; nos olvidamos y se olvidan las familias del papel fundamental que juegan en todo esto; degradamos el papel formador de las universidades, convertidas en máquinas expendedoras de títulos o metemos en el cajón del olvido la formación profesional.

Gracias que, de tanto en tanto, surgen plataformas cívicas como YoLibre.org que reivindican el protagonismo que debe recuperar la educación y la libertad que se requiere para su eficaz desarrollo. Colectivos que ponen el foco en el verdadero problema que se resume en tres palabras: programa, programa y programa.

Cojan un libro de la ESO de sus hijos y resistan durante quince insufribles minutos sin que les sangren de dolor sus ojos.

La educación es lo único que nos puede salvar de todo, no la vendamos a cualquier postor por fascículos.

Artículo de Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal, publicado en la edición de enero de El Periódico de Aquí.

Podéis seguir las andanzas de Pere en Twitter e Ig como @perefe (s)

Soñar, proyectar, visualizar, crear

¿Con qué sueñas?, yo con ir a la India con mi mentora de yoga, viajar al Tíbet, explorar la meditación con niños y contárselo a mis hijos y todo al mundo, compartir mis pasiones y que las demás personas compartan las suyas conmigo.

Seguir creciendo, aprendiendo, fluyendo por esta vida que me encanta vivir con todas sus contrariedades. Rodearme de personas que me inspiran y participar en proyectos con los que me siento conectada. La lista sigue y sigue. Y este año he decidido crear un documento visual y físico para plasmarlos en mi pared y poder verlos cada día. En inglés le llaman vision board y en español es algo tan bonito como el mapa de tus sueños.

El mapa de tus sueños

En mi experiencia, para materializar los sueños el primer paso es ser consciente de ellos, visualizarlos y empezar a proyectarlos en el mundo cuántico que vivimos a través de una cosa tan sencilla como recortes de revista, dibujos, pegatinas, trozos de cosas que te recuerden o representen lo que quieres crear en tu mapa. De esta manera, a golpe de vistazo, podrás ver cada día por lo que estás vibrando: tus sueños. ¿A que emociona? Ya tenemos bastantes tareas en la lista como para añadir una que sea pesada, así que yo elijo ilusionarme, llenarme de la energía que me transmiten todas las cosas que quiero atraer a mi vida en este recién estrenado 2020 que va a ser mágico. Y por ahí empiezo a verme rodeada de niños meditando, haciendo yoga en la India con mi profesora al amanecer, viajando o estudiando.

Una vez has soñado tu sueños, proyectado tus ideas y visualizado tus proyectos queda pasar a la acción. ¿Cómo vas a materializar esos sueños? Solo depende de ti el que pasen a formar parte de la realidad, y todo pasa por soñarlos primero. La primera vez que me preguntaron que cuáles eran mis sueños me quedé un rato pensando sin saber qué contestar, ahora podría escribir un post cada día con cientos de ellos. Me veo en 2020 cumpliéndolos todos, llena de gratitud y sabiendo que todas las personas podemos conseguirlo si nos lo proponemos. ¿Te apuntas al mapa de los sueños?

María de Quesada es periodista y profesora de yoga. En Agua y Sal Comunicación gestiona RRSS y crea contenidos, puedes encontrarla como @MariaDeQuesada en las redes.

Las nuevas tendencias de consumo 

El consumo se encuentra presente en nuestro día a día. Algo que se incrementa en estas fechas, primero con el Black Friday (que está a la vuelta de la esquina), pasando con las ofertas de antes de Navidad y el colofón en las fiestas navideñas. Aunque las tendencias a la hora de comprar se modifican, los consumidores somos diferentes y se nota a la hora de elegir lo que queremos.

El comportamiento de los nuevos consumidores ha cambiado, más información a nuestro alcance. Eso lo tenemos claro, ya que actualmente estamos más conectados. No sin mi smartphone es una norma de vida. Nos conectamos para comprar la comida, la ropa, los regalos e incluso los libros. Por lo que, las estrategias de las empresas se esfuerzan en hacer de estos momentos una experiencia que queramos repetir.

Además, en mi entorno cada vez más se percibe el movimiento saludable. Ya no sólo nos centramos en practicar yoga, pilates o correr, sino también nos centramos en la industria de la alimentación y bebidas. Lo que se conoce como realfooding ahora ya no basta con comer ensaladas, ahora también nos enseñan a interpretar las etiquetas de los productos para poder evitar la tentación de productos ultraprocesados. Lejos las grasas saturadas y el azúcar.

Sostenibilidad

La tendencia que más me gusta es apoyar los productos sostenibles y las marcas que cumplen los principios éticos. Ya sea en términos de impacto ambiental, en sostenibilidad, o sobre todo en igualdad. Una campaña muy navideña es la de los juguetes de Toy Planet que presenta su catálogo apoyando la igualdad de género. A la hora de jugar los coches, las muñecas, las cocinitas o los trajes de superhéroes son iguales para niños que para niñas. Debemos romper con los clichés sexistas.

La vida cambia y la sociedad modifica sus gustos con ella. Y como mi compañera Cora me recuerda, nuestra vida es líquida (de Zygmunt Bauman) aunque eso da para un artículo entero. Pero sí, la incertidumbre de que nada permanece está latente en nosotros, por eso elegimos cada vez más experiencias, vivir momentos en lugar de poseer objetos. Viajar, conciertos, teatros, musicales, viajar otra vez.

Consumir sí, pero con cabeza. Con toda la información a nuestro alcance podemos apostar por las marcas saludables, por las que apoyan el medio ambiente y los principios éticos en los que creemos.

María José Moreno es responsable de contenidos y gestión de RRSS en Agua y Sal Comunicación. También podéis seguirla en redes sociales: @MajosMoreno

La isla de Alice, una historia de esperanza y superación

Alice pierde de un plumazo a su marido Chris en un trágico ¿accidente? y el mundo se para. Ella está embarazada de su segunda hija y su vida se contrae como su propio útero: empieza la vida D. C. (después de Chris). La primera novela para adultos del director de cine y guionista Daniel Sánchez Arévalo nos sirve la tragedia y el humor en el mismo plato.

Me sorprendió que Alice decidiera mudarse de su pueblo natal después de Chris. Sola, con un bebé recién nacido y una niña de seis años, tenía que empezar de cero sin familia ni amigos en una isla que a lo largo de cuatrocientas páginas se convertirá en un refugio de sí misma y en un reflejo de la esperanza de encontrar pistas. Porque Alice, desde que descubre que Chris no murió en la carretera que decía estar, decide emprender una investigación digna de cualquier cuerpo completo de policía de serie de Netflix para llegar a la verdad.

Chris llevó a Alice desde Providence (Rhode Island) hasta la isla de Robin (no la busquéis porque es inventada), cerca de Cape Cod (EE.UU) y allí empieza todo, ¿o termina? Me hubiera gustado más que la novela hubiera estado ambientada en Menorca, por ejemplo, porque me siento más identificada, está más cerquita y seguro que es igual o más bonita que la descrita por Sánchez Arévalo. Pero entonces, como bien me indicó mi amiga Nuri (que me dejó el libro), no sería posible que Alice (o mejor Alicia en Menorca) osara dejar a su hija mayor sola en una casa durmiendo mientras se llevaba a un bebé recién nacido en un coche de golf por una isla nevada (bueno, no estaría nevada pero haría viento seguro) y por la noche; y todo esto para poner chivatos y cámaras en los locales y casas de sus vecinos isleños. Esa locura solo podría pasar en EE.UU.

Enganchada

La novela entretiene, y mucho. Engancha Alice por su humor negro que destaca desde la página uno cuando empieza a contar su vida D.C. Engancha la manera que tiene Arévalo de relatar, de describir cada uno de los personajes, de hablar del amor desde la profundidad de la cotidianeidad y sobre todo, engancha la historia no resuelta de un marido aparentemente ejemplar que, eso seguro, esconde algo que Alice necesita descubrir para poder seguir viviendo en paz. Finalista del Premio Planeta, La Isla de Alice es una historia algo enrevesada  que cobra vida en un escenario idílico y que retrata a la perfección la clase alta estadounidense. Es sorprendente el conocimiento que tiene Sánchez Arévalo de esta cultura tan lejana como presente en nuestras vidas.

En las entrevistas el director de cine habla abiertamente de las terapias porlas que pasó de adolescente y que le llevaron a contar su propia historia en relatos que hoy hacen las delicias de los lectores y fans de su cine. Todas las personas deberíamos plasmar de alguna manera nuestras angustias e inquietudes para no dejarlas ahí dentro, y su manera de hacerlo es maravillosa. Gracias, Daniel, te ha salido cachonda en todo su drama.

María de Quesada es periodista y profesora de yoga. En Agua y Sal Comunicación gestiona RRSS y crea contenidos, puedes encontrarla como @MariaDeQuesada en las redes.

 

 

 

 

 

Cosas de «serieadictas»

En Agua y Sal tenemos bastantes cosas en común, pero sin duda una de ellas es que a todos nos gustan las series. Y aunque cada uno tiene sus preferencias, hay una a la que no nos hemos podido resistir: a la todopoderosa Paquita Salas.

No sé quién de todos se habrá reído más con esa maravilla audiovisual, porque esa es otra, aquí somos de risa y chiste bastante fácil. O sea, que para quiénes no la hayáis visto, recomendación general del equipo para que os enganchéis desde ya. Y ahora sigo yo con mis cosas, que para eso estoy aquí, al lío. Seguimos con la comedia: – Special: una serie extremadamente recomendable para todo el mundo y con un formato muy rápido pues los capítulos son de a penas 20 minutos. La historia de un joven con parálisis cerebral, desde un punto de vista real y muy fresco. Aunque es bastante divertida, también tiene sus momentos reflexivos incluso un poco tristes, pero prometo que el que la vea no le va a decepcionar y, sobre todo, romperá estereotipos.

Más cositas

Pasamos a la policiaca: – Criminal: recién salidita del horno de Netflix y made in Spain. No me ha dado tiempo a verla todavía, pero la serie promete así que os animo a que la veáis y la comentamos más adelante. Os cuento lo que dice diario Público al respecto: “Trata de encerrar a un grupo de policías y a un presunto criminal en una sala de interrogatorios la tensión tiende al alza, los personajes crezcan -incluso los que solo aparecen en un episodio- y se llegue a un clímax tan sorprendente como satisfactorio.” A mí, me mola.

Creedme: otro estreno de Netflix que sí o sí veré. Esta es más dura, pues se trata de una serie basada en hechos reales, el relato de una joven violada a la que nadie creyó. El portal Hipertextual comenta: “Creedme nos muestra esta historia en el primer capítulo, una hora de pura tensión narrativa en la que no hay ningún artificio; es una narración clínica de los hechos capaz de revolverle el estómago a cualquiera.” Ahora tocan los los dramas: – Por 13 razones temporada 2. A mí la temporada 1 me enganchó y afectó a partes iguales, vale que hay muchos personajes, que la historia se va entremezclando y es complicada de seguir si no ves un capítulo detrás de otro, pero me parece un reflejo brutal de la realidad. Desde el suicidio, el acoso escolar, el ciberacoso, la permisividad de las armas en EE.UU., el alcoholismo, la drogadicción e incluso el inmovilismo de centros y administraciones. La segunda temporada (he visto ya tres capítulos) tiene un enfoque diferente, más de misterio y secretismo del grupo de protagonistas, pero igualmente perturbadora. Y por último, animación – Desencanto temporada 2: yo desde pequeña he visto Los Simpsons, y no precisamente por mis padres, pero mi infancia va ligada a ellos, y oye, tampoco he salido tan mal. Esta serie es del creador de la familia de Springfield y a mí la temporada 1 me dio mucha risa y se me quedó corta, este tipo de ficción me gusta para comidas o cenas tranquilas. Si la veis, la comentamos al terminar. Y hala, ja n’hi ha prou!

¿Qué os han parecido las recomendaciones?, ¿os animáis con alguna de las nuevas?

Cora Raga gestiona contenidos, RRSS y publicidad en Agua Y Sal Comunicación y sí, es toda una crack en lo profesional y un amor en lo personal.

Fotografía de Vertele

 

 

 

«Septiembles» y septiembres

Cada vez que llegaba septiembre sentía que me caían encima sacos de correos electrónicos, libros de texto, almuerzos y compras de más de cien euros que me enterraban bajo una montaña de estrés y temblores. Perdía kilos solo de pensar lo que me venía y, a veces, las vacaciones no eran tales porque mi cabeza vivía en el futuro próximo. Ese mes: «sepTIEMBLE».

Ahora siguen pasando todas estas cosas, seguramente algunas más. Y aunque los kilos los siga perdiendo, mi septiembre este año ha empezado el día 1 y no de agosto, precisamente. Lo primero que hice, y que me ha servido de mucho, es escribir en un papel cómo pensaba que iba a ser mi mes y en otro cómo quería que fuera en realidad. Gracias a Soraya Soler (emprendedora y facilitadora) por este ejercicio tan saludable.

Pensar y querer

Pensaba que iba a ser un septiembre agobiante y estresante, aunque yo en realidad lo que quería era que fuera relajado y sentirme descansada. Pensar y querer, la intención es muy poderosa.

Lo segundo fue pasar el mes de agosto haciendo más lo que me apetecía en cada momento y no tanto lo que otros decidieran por mí. Decir más no, respetar mis espacios y no pensar lo que iba hacer o no sino dejar más bien que surgiera de mí. Fluyendo, fluyendo, me leí cuatro libros (alguno muy recomendable que os contaré en breve), estuve con mi familia, hice yoga, medité, viajé y dejé espacios sin hacer nada. Esto es lo que más me cuesta del mundo: dejar de hacer para ser. Sin embargo, cuanto más he practicado el no hacer, más cuenta me he dado de lo necesario que es para mí. Pues María, no hagas tanto.

Ahora que ha arrancado el mes con reuniones, coles, papeleos, clases y esas listas preciosas e infinitas, las miro y las veo con sonrisa. Voy tachando cosas, sí, pero una detrás de la otra y no todas a la vez en mi mesa, en mi cabeza y en mi cama. Por fin, ¡un mes de septiembre!

María de Quesada es periodista y profesora de yoga. En Agua y Sal Comunicación gestiona RRSS y crea contenidos, puedes encontrarla como @MariaDeQuesada en las redes.