La isla de Alice

La isla de Alice, una historia de esperanza y superación

Alice pierde de un plumazo a su marido Chris en un trágico ¿accidente? y el mundo se para. Ella está embarazada de su segunda hija y su vida se contrae como su propio útero: empieza la vida D. C. (después de Chris). La primera novela para adultos del director de cine y guionista Daniel Sánchez Arévalo nos sirve la tragedia y el humor en el mismo plato.

Me sorprendió que Alice decidiera mudarse de su pueblo natal después de Chris. Sola, con un bebé recién nacido y una niña de seis años, tenía que empezar de cero sin familia ni amigos en una isla que a lo largo de cuatrocientas páginas se convertirá en un refugio de sí misma y en un reflejo de la esperanza de encontrar pistas. Porque Alice, desde que descubre que Chris no murió en la carretera que decía estar, decide emprender una investigación digna de cualquier cuerpo completo de policía de serie de Netflix para llegar a la verdad.

Chris llevó a Alice desde Providence (Rhode Island) hasta la isla de Robin (no la busquéis porque es inventada), cerca de Cape Cod (EE.UU) y allí empieza todo, ¿o termina? Me hubiera gustado más que la novela hubiera estado ambientada en Menorca, por ejemplo, porque me siento más identificada, está más cerquita y seguro que es igual o más bonita que la descrita por Sánchez Arévalo. Pero entonces, como bien me indicó mi amiga Nuri (que me dejó el libro), no sería posible que Alice (o mejor Alicia en Menorca) osara dejar a su hija mayor sola en una casa durmiendo mientras se llevaba a un bebé recién nacido en un coche de golf por una isla nevada (bueno, no estaría nevada pero haría viento seguro) y por la noche; y todo esto para poner chivatos y cámaras en los locales y casas de sus vecinos isleños. Esa locura solo podría pasar en EE.UU.

Enganchada

La novela entretiene, y mucho. Engancha Alice por su humor negro que destaca desde la página uno cuando empieza a contar su vida D.C. Engancha la manera que tiene Arévalo de relatar, de describir cada uno de los personajes, de hablar del amor desde la profundidad de la cotidianeidad y sobre todo, engancha la historia no resuelta de un marido aparentemente ejemplar que, eso seguro, esconde algo que Alice necesita descubrir para poder seguir viviendo en paz. Finalista del Premio Planeta, La Isla de Alice es una historia algo enrevesada  que cobra vida en un escenario idílico y que retrata a la perfección la clase alta estadounidense. Es sorprendente el conocimiento que tiene Sánchez Arévalo de esta cultura tan lejana como presente en nuestras vidas.

En las entrevistas el director de cine habla abiertamente de las terapias porlas que pasó de adolescente y que le llevaron a contar su propia historia en relatos que hoy hacen las delicias de los lectores y fans de su cine. Todas las personas deberíamos plasmar de alguna manera nuestras angustias e inquietudes para no dejarlas ahí dentro, y su manera de hacerlo es maravillosa. Gracias, Daniel, te ha salido cachonda en todo su drama.

María de Quesada es periodista y profesora de yoga. En Agua y Sal Comunicación gestiona RRSS y crea contenidos, puedes encontrarla como @MariaDeQuesada en las redes.

 

 

 

 

 

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