Taquicardias informativas

Que, siendo periodista, decidiera en plena pandemia dejar de ver los informativos de televisión, me ha dado qué pensar en las últimas semanas.

Nada más escuchar sus sintonías de cabecera, empezaba a notarme el corazón a toda velocidad. Por salud mental, tomé la determinación de no pasar por semejante trance y excluí los informativos de mi fuente habitual de información. Vale que la hipocondría que me caracteriza tampoco ayudó demasiado. Pero, compartiendo esta inquietud con otros amigos y compañeros de profesión, caí en la cuenta de que no era la única que tenía esa sensación.

Infoxicada

Incluso reconocer abiertamente que no podía ver los informativos, me genera cierta reticencia como profesional. Pero tomé esta determinación, desde un punto de vista estrictamente personal. Y, sinceramente, creo que todos, periodistas y medios, deberíamos extraer algunas lecciones de lo que esta pandemia ha supuesto para la audiencia.

No significa que deban estar menos informados, sino correctamente informados. Este hecho nos obliga a cribar la información que generamos como periodistas, a la búsqueda del contenido estrictamente esencial. Alejarnos de la ‘crónica negra’ y dotar a nuestro trabajo de la máxima objetividad posible, sin dejarnos llevar por corrientes que solo conducen al pesimismo generalizado.

Y es que no todo vale para ganar audiencia. Debemos tratar a los espectadores como personas, no como simples números que engrosan un listado. Mostrar los sucesos, sin necesidad de descarnarlos, alejando lo máximo posible nuestra implicación personal.

También querría abordar la repercusión que tuvieron las declaraciones ‘negacionistas’ de la actriz Victoria Abril en la presentación de los Premios Feroz. ¿Por qué le damos pábulo a lo que opine, no siendo una fuente autorizada o una experta en la materia? ¿Qué necesidad tenemos de hacernos eco de lo que piensa o deja de pensar sobre el Covid? Es decir, lo que importa es lo que piensen científicos y profesionales de la medicina. Eso es lo que verdaderamente importa. Generar polémicas dándole cancha al ‘imaginario colectivo’ de quien no es voz autorizada no hace ningún bien, sino todo lo contrario.

Sinceramente, creo que todos los profesionales de la comunicación deberíamos reflexionar sobre esa necesidad de cambiar nuestra forma de interactuar con la audiencia.

Belén Villarroya es periodista y comunicadora en Agua y Sal Comunicación.

Somos de radio

El 13 de febrero es la fecha proclamada por las Naciones Unidas como Día Mundial de la Radio.

Es curioso saber que la iniciativa para el establecimiento oficial de esta celebración internacional partió de la Academia Española de la Radio; de manera que, en 2011, la propuesta fue finalmente presentada por la Embajada de España en la UNESCO, así como también por la Misión Permanente de España en la ONU. Ya han pasado diez años desde que la radio recibe este merecido homenaje, pero nos viene acompañando desde finales del XIX cuando se inventó, aunque las primeras transmisiones comenzaran a principios del siglo XX y entre Tesla y Marconi se reparten hoy los méritos.

En Agua y Sal Comunicación nos sentimos muy vinculados a la radio por su función informativa, de inmediatez y a la vez próxima, de acompañamiento, íntima. La radio le da voz a la palabra y nosotros siempre nos hemos identificado con todo lo que implica comunicar de manera transparente y cercana.

Pere Ferrer en Onda Eñe

 

Pere Ferrer y María José Moreno en Onda Eñe
María de Quesada en Intereconomía Radio

 

Patricia Cervera en la radio del CEU

 

Somos de radio y hoy lo celebramos.

Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal Comunicación. Podéis seguir las andanzas de Pere en Twitter e Ig.

 

¡Salvemos el periodismo que aún queda!

La sangría en el gremio periodístico cada vez es mayor y los males que le acechan cada vez más numerosos, pero dejemos de echar la culpa a todo lo que se menea, por un segundo, y asumamos nosotros alguna. Es triste reconocer que la ausencia de corporativismo ha impedido que nos enfrentemos, al menos, en sintonía a una realidad que cada día que pasa es más cruda.

El periodismo, casi siempre, ha adolecido de una gestión empresarial cabal y seria, y los negocios si no son rentables, acaban por dejar de ser negocios. A los periodistas, también, les ha podido el ego de la exclusiva, algo que tuvo mucho sentido desde el inicio de los tiempos, pero no ahora, desde luego. Y eso ha impedido cierta cohesión. Claro que hay que desvelar desmanes, pero no dejen de informar en el día a día, porque existen muchos canales a nuestro alcance y el foco de la información ya no solo reside en los medios.

Y ahora me dirán, ya, pero los medios aseguran la veracidad. Pues sí, es verdad, la misma veracidad que muchas veces se ha difuminado en aras de una gruesa línea editorial. Qué quieren que les diga, echo de menos aquella Hoja del Lunes, por ejemplo, que se limitaba a informar de forma aséptica y además aseguraba el descanso en una profesión que nunca ha contado con un cómodo horario.

Ahora parece que los lectores o audiencias tengan que hacer una labor de filtrado informativa a la inversa porque muchas veces la información ya viene ‘opinada’ desde las redacciones.

Y luego está esa pléyade de tertulianos o cronistas, como algunos que se atreven a decir que el cierre de delegaciones es una estrategia centralista para que el hilo informativo no pierda su, por otro lado, tufillo mesetario… ¡Buf, discrepo! Porque de ser así es como constatar que los políticos, instituciones, el poder en sí, ha conseguido erosionar la función principal para la que los medios fueron creados: informar de manera veraz e independiente. Al tiempo que se asume lo perniciosa que es la política para el periodismo.

Me duelen muchas cosas de éste, aún así, apreciado gremio, tantas que podría alargar la columna como un rollo de papiro romano. Pero defiendo el valor de la información y la comunicación como funciones básicas y esenciales en un sistema democrático. Por eso, quizá ya el último cartucho que nos quede sea la creación de un colegio profesional que ejerza esa función de salvaguarda y escudo, por encima de un, hasta ahora, asociacionismo al que le faltan recursos y le sobra, en algunos casos, un innecesario poso ideológico.

La función informativa debe aspirar a vivir de sus lectores / suscriptores y si está perdiendo muchos, pensar cómo recuperarlos o ganar otros nuevos. Y los ingresos por publicidad deben mostrar un equilibrio entre lo público y lo privado. Y por cierto, el reparto de las campañas públicas debe ser tan ecuánime como riguroso, no arbitrario y sectario y cuando esto sucede, algo que seguimos viendo aun cuando cambian de color los gobiernos, perdemos todos. Pierde la sociedad, pierde el periodismo y se echa a perder el político.

Y llegados a este punto, empecemos a preguntarnos si el mal viene más lejos de Almansa. ¿Cuántas generaciones que vienen por detrás nuestro han crecido ya sin leernos (prensa), escucharnos (radio) o vernos (TV)? Hay otros mundos y parece que los periodistas y el periodismo seguimos sin reparar en ello.

Desde luego, esto da para mucho. Si tienen a bien seguirnos, seguiremos reflexionando, con el honesto objetivo de que el periodismo pueda seguir informando.           

Artículo de Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal Comunicación, publicado en la edición de diciembre de El Periódico de Aquí. Podéis seguir las andanzas de Pere en Twitter e Ig.

Dejar de comunicar nunca fue la opción, ni en tiempos del coronavirus

Mantener vivo el contacto a través de la comunicación nos transmite cierta normalidad y que hay luz al final de la espera

¿Por qué crece el uso de datos?

¿Por qué aumenta la interacción en redes?

¿Por qué sube el número de visitas a medios digitales?

¿Por qué ‘hierven’ los grupos de Whatsapp?

¿Por qué la voz de la radio ya es uno más de la familia?

¿Por qué intentas relativizar pero conectas con el telediario de las 15 y/o las 21 horas y te lo ‘tragas’ como cuando antes lo hacías con la información del tiempo?

En definitiva, ¿por qué salimos a los balcones?

Vale, bueno, sí, todo pasa porque estamos confinados en un estado de alarma con prórroga incluida y quién sabe si habrá penaltis por el coronavirus. Pero, sobre todo, pasa por una sensación inherente a todas las personas, incluso a aquellas que se aíslan y guardan voto de silencio, a estos últimos les queda la conexión espiritual. En resumen, pasa porque todos tenemos una gran necesidad de COMUNICAR. (Al final del artículo os dejamos nuestro decálogo de razones para descargar). 

Por eso en Agua y Sal Comunicación nos sumamos a la campaña del Colegio de Publicitarios de la CV que anima e insiste en una idea básica: #NoDejesDeComunicar

Y en este artículo te vamos a dar 10 razones reveladoras para no dejar de hacerlo.

Comunica:

1) Porque necesitamos verdades verdaderas:

Claro que no hay que dejar de comunicar y menos ahora, que hay una necesidad acuciante por saber y por SABER con mayúsculas, con garantías. No mientas, nunca ha sido una opción para los que nos dedicamos con corazón a esto, pero también es verdad que la falta de educación, principios e intrusismo han hecho mucho daño a la profesión.

2) Porque no somos héroes ni heroínas:

Claro que no hay que dejar de comunicar, porque hay muchas organizaciones o empresas que están viviendo en un presente imperfecto y asumiendo, sin darse cuenta, un papel principal. Comunica pues, no para sacar pecho, sino para hacer cundir el ejemplo. Estamos en un momento en que toda ayuda es bienvenida.

Por ejemplo, sabemos que la Federación Española de Asociaciones de Puertos Deportivos y Turísticos mantiene, estas semanas contacto directo con los puertos miembros para saber cómo deben actuar.

Toy Planet comparte artículos para hacer más llevadero el día a día con los niños en casa.

Rugby Club Valencia mantiene un estrecho contacto con sus jugadores y nos va contando cómo vive la experiencia cada uno.

Fevec, Arival o Avemcop realizan un trabajo de seguimiento ante las directrices que marca el Gobierno y refuerzan la comunicación con sus asociados, para prestar apoyo, información y asesoramiento.

El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en la Comunidad Valenciana impulsa su función de apoyo desde el teletrabajo, ofrece descuentos en sus cuotas a colegiados afectados por ERTES o en situación de desempleo y refuerza sus acciones formativas online.

El objetivo es mantener una comunicación activa en la que mostrar opciones de relacionarse y ser útiles durante el aislamiento.

3) Porque tampoco somos villanos:

Claro que no hay que dejar de comunicar, porque la situación es crítica y si tu organismo o empresa se halla dentro de ese torbellino que te arrastra, tu entorno y la sociedad, en general, agradecerán tu predisposición y transparencia, por cruda que esta sea.

El eco hotel Mar de Fulles ha dado ejemplo y se ha convertido en un modelo dentro de la hostelería y restauración como alojamiento sostenible. Esta situación de cierre temporal les ha conducido a tener que hacer un ERTE para poder hacer una pausa en este camino, y así lo han comunicado a sus clientes, proveedores y amigos. Mientras, todo el equipo de Juanma espera con ganas que pase esta situación para seguir ofreciendo el mejor servicio.

El Puerto Deportivo y Turístico Marina de Dénia ha tenido que cancelar el 13º Salón Náutico de Dénia y lo ha tenido que comunicar a expositores y visitantes. La organización ya está trabajando en la edición del próximo año con ganas y mucha motivación.

4) Porque #Estopasará y #TodoIráBien:

Claro que no hay que dejar de comunicar, porque #estopasará y #todoirábien, es lo que todos deseamos y el hecho de no haber dejado de comunicar nos dejará en buena situación para afrontar los retos que, a partir del final de esta pesadilla, deberemos afrontar. Mantener viva la comunicación nos transmite cierta normalidad y que hay luz al final de la espera.

Cuidum ofrece asistencia domiciliaria a personas mayores y en estos tiempos de coronavirus redobla esfuerzos atendiendo peticiones, consultas, ofreciendo su red de profesionales cuidadores y cuidadoras, ajustando protocolos de seguridad, informando a través de un chat médico, porque son conscientes de que la salud es lo primero.

5) Porque hay que poner orden y cordura ante la saturación informativa:

No todo vale, ni debió de valer nunca, pero los comunicadores se enfrentan al bulo, a la falta de rigor, al intrusismo informativo que hace de la comunicación una función perniciosa y a la pérdida de criterio entre los receptores. Apliquemos lo que escuchaba a una compañera días atrás: sesgo cognitivo. La información es una herramienta útil, la desinformación es como nuestros mayores llamaban a la publi: propaganda.

De esto nuestras compañeras de RETAIL Future, María José y Mayte, no solo saben mucho, sino que son un AZOTE frente al bulo y la desinformación. ¡Sigan así, compañeras!

6) Porque debemos estar más unidos y unidas que nunca comunicando:

No todo vale, ni debió de valer nunca, pero es tanta la fragilidad en la comunicación que hasta hubo que preguntar en rueda de prensa telemática si la función periodística era una actividad esencial.¡Ay mísero de mí, y ay, infelice!¿A tal punto hemos llegado?

No hay periodistas de primera ni de segunda, por aquellos que optaron en su momento por la comunicación corporativa. Déjense los primeros de ‘mamandurrias’, su función es más precaria que nunca y para recuperar la posición que un día ostentaron necesitamos estar en sintonía: periodistas, consultores y consultoras de comunicación, relaciones públicas, diseñadores/as, creativos/as, gestores/as de contenido digital, periodistas gráficos, publicistas y, sobre todo, que los consejeros/as delegados/as, CEOs y directores/as entiendan a partes iguales la función mercantil y la informativa.

El Periódico de Aquí y su editor Pere Valenciano y resto del equipo es un claro ejemplo de modelo rupturista con lo establecido, independiente y por ende ‘sensible’ a estos tiempos difíciles. Mantengamos viva esa idea de que el papel, el periodismo de proximidad y el refuerzo como portal digital informativo tienen cabida en lo que tenga que venir tras esta crisis sanitaria, social y económica.

7) Porque las generaciones jóvenes, que se han hecho mayores de repente con esta crisis que estamos sufriendo, necesitan buenos referentes. Seamos un buen ejemplo para ellas. Necesitan ver que los valores que mueven ahora a las empresas son los de colaboración, apoyo y solidaridad. Que esos son los que realmente importan y los que nos sacarán de esta situación. Y por eso les tenemos que contar cómo lo estamos haciendo.

NosotrasDeportistas.com nos han permitido hacer con ellas una carrera de larga distancia. No solo la 10KFem, sino todo lo que ha requerido en materia de comunicación, hasta ver finalizada una prueba que ha servido para seguir escalando en ese propósito de igualdad real entre hombres y mujeres.

8) Porque las instituciones (todas), porque los/las políticos/as que las ostentan (todos) entiendan que su función es pública, PUNTUAL y de servicio. Porque necesitamos gestores/as honestos/as, ni corruptos/as, ni sectarios/as. Y la comunicación debe ser la herramienta que evite desmanes y despropósitos como los tristemente vividos. ¡Ay si todos y todas comunicásemos con todo lo que ello conlleva! Sí, sí, comunicar también significa escuchar. ¿Y si lo hacemos por ese orden, primero escuchar y luego hablar? Quizá de esa manera nos daríamos cuenta de que las cosas no son blanco o negro y que lo que la sociedad necesita es unión, no enfrentamientos.

En Agua y Sal Comunicación siempre hemos trabajado por proyectos y cuando nos han dado la opción, si nos los hemos creído y apostado por ellos, nos han dado igual ideologías, signos o banderas. La comunicación debe ser tan independiente como secreto nuestro voto.

9) Porque tenemos ante nosotros un nuevo reto:

Porque esta crisis del #COVID19 nos ha sacudido a todas las personas por igual de un modo inesperado, nos ha puesto a prueba, nos ha planteado un reto desconocido, ha alterado todos nuestros planes, ha dado al traste con nuestros objetivos y una nueva manera de hacer las cosas debiera emerger a partir del día después en que hayamos vencido a esta pandemia. Todos y todas hemos pensado en qué será lo primero que hagamos cuando podamos salir, y seguramente, nadie haya dado con la respuesta acertada, no por nada sino porque no tenemos ni idea de cómo va a ser ese día. Eso sí, una cosa es segura, si hasta que llegue ese momento hemos comunicado, iremos con ventaja.

Y daremos las gracias a todos las organizaciones o empresas que a lo largo de este decálogo hemos citado y a tantas otras que, en algún momento, han confiado en nosotros: Exit Up, Talentum, Colegio de Médicos de Valencia, Estudio Bueno, Peñacañada Club Deportivo, La Mujer del Presidente, Disciple Toys, Investmat, IVACE Internacional, Radio Intereconomía Valencia, Publicesa, Ecological, etc.

10) Porque una nueva forma de hacer las cosas se impondrá:

Y esa nueva manera de ‘hacer’ sacudirá por completo todos y cada uno de los procesos que están relacionados con la comunicación. No nos servirá pasar página y hacer como que esto nunca ha sucedido. Caeríamos en el error que nos puede llevar a equivocarnos con el tiempo.

También es verdad que son muchas las secuelas que en la sociedad y a nivel político, económico, comercial y sobre nuestro propio bienestar y salud, esta pandemia va a dejar. Y será difícil abstraerse de ello.

Se abrirá pues una nueva manera de relacionarnos, de comunicarnos y debemos estar preparados para ello. ¿Quién quiere perderse, pues, esa nueva estrategia comunicativa que se presenta más clara, diáfana, directa, empática, cercana y amable? Así entendemos que será la comunicación que viene. Y en Agua y Sal Comunicación os invitamos a no perdéroslo.

Un grito desesperado para que el periodismo recupere su sitio

En un momento en el que la actualidad manda, y por momentos nos supera, es cuando más echo en falta aquella función de altavoz riguroso de la información que ejercía el periodismo.

La democratización de la información, la irrupción del multicanal, las redes, las apps y porque no decirlo también, la victoria de la trama política sobre la urdimbre informativa, además de todo lo que ha supuesto la tecnología en los últimos 20 años han acabado por desestabilizar a un sector y a una profesión como la de periodista que resiste herida, en precario y sin recursos ante la avalancha de una sociedad (no maleducada, sino mal educada, que no se mal interprete) que valora solo la inmediatez y no distingue, más de lo esperado, lo verdadero de lo falso.

Noticias falsas

Las malditas fake news campan a sus anchas por grupos de whatsapp y por los muros de las redes sociales con formato de noticia, incluso bien maquetadas, imitando cabeceras y tipografías. ¿Y nadie repara a los dos segundos o al final del primer párrafo la falacia que esconden? ¿Tanto hemos perdido de análisis crítico? De ahí, que me atreviera unas líneas más arriba a denunciar la mala educación adquirida.

Incluso la automatización ha permitido que se dejen ver en las páginas web de los propios medios, sin que los propios editores reparen en ello, noticias extrañas, interesadas, capciosas que acaban por desvirtuar la función de los propios medios.

Los medios han perdido la batalla frente a la clase política, me da igual el color del aparato que haya detentado el gobierno. Han sufrido una usurpación silenciosa. Los medios clásicos han ido perdiendo su identidad, las nuevas generaciones no han accedido a ellos por falta de atractivo o falta de actualización del mensaje que ha derivado en distanciamiento. Y los medios de nueva creación, sobre todo digitales (muchos) parecen creados para generar distorsión más que información. Me exaspera tanto el pseudo medio de un tal Inda como el instrumento dirigido de la actual TV3, unos porque mienten sin reparo y otros porque adoctrinan con descaro. Me quema tanto el concepto de medios públicos con consejos de administración políticos, como la pérdida de interés que manifiesta la actual sociedad por una función como la nuestra que debiera ser clave para aspirar a una democracia real.

Si la política ejerce esa función sibilina de manipulación y la sociedad nos da la espalda y no valora la independencia y veracidad que debiera ofrecer nuestro ‘canal’ frente a los nuevos modos de comunicación, deberíamos dejar de mirarnos el ombligo y analizar en qué momento nos alejamos del camino o cuando empezó la audiencia – oyentes – lectores a dejar de seguirnos.

La saturación, el exceso de información, la pérdida de calidad y la falta de un filtro han dejado el gremio herido. Por eso este grito desesperado para que el periodismo recupere su sitio.

Y vaya si lo necesitamos en estos días de alerta sanitaria que se nos pueden hacer largos. Se agradece la cercanía de la radio, de la TV, de los digitales… y del papel como lectura reposada, siempre y cuando aporte valor, profundidad, análisis y diferenciación a lo que ya sabemos.

Foto destacada de Kaboompics.com

Artículo de Pere Ferrer Sanchís, consultor en comunicación en Agua y Sal, publicado en la edición de marzo de El Periódico de Aquí.

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La adaptación a los cambios más allá de la comunicación

La intención de este post no es analizar la teoría de la evolución de Darwin ni desgranar el origen de la humanidad. Es una reflexión a raíz de la celebración de esta semana del Día del Community Manager, profesión a la que nos dedicamos muchos periodistas fruto de la evolución tecnológica de nuestra profesión dentro de la comunicación.

Desde luego, cuando decidí estudiar la carrera de periodismo internet era sólo una mera anécdota que todavía no había expandido su enorme potencial.

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Cuando la realidad supera la ficción

Con su primera novela, Carme Chaparro ha demostrado que además de ser una gran periodista es una excelente escritora

El último libro que me he leído de Carme Chaparro, “No soy un monstruo” (Espasa), lo compré por dos razones, me encanta la novela negra y está escrito por una periodista.

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¡Hola, María!

Agua Y Sal2Esta semana inauguramos mes y curso, pero además, damos la bienvenida oficial a María de Quesada al equipo de Agua y Sal Comunicación. María es periodista y lleva trabajando en comunicación trece años. Paseó dos ediciones por el gabinete de prensa de la Mostra de Cinema, que por cierto ¡regresa ahora a la ciudad!, y estuvo trabajando varios años como redactora en productoras de televisión para las cadenas Canal Nou, IB3 y Telemadrid. Recientemente ha trabajado cinco años como gestora de comunidad en València para la red social norteamericana Yelpcomo coordinadora de márquetin en la AU (Agenda Urbana), donde igual redactaba que vendía publi que repartía revistas por los barrios de la ciudad.

A María le encantan las personas, las lenguas y comunicar, casi tanto como el yoga o el jengibre. El año pasado estuvo un año viviendo en EE.UU., donde siguió formándose en RRSS en el Rochester Institute of Technology (RIT). Allí, además de una increíble experiencia personal, se trajo la formación de profe de yoga en la maleta. La veréis con su familia en los parques, en perro boca abajo, cantando con su coro o con un termo gigante de café frío de Retrogusto. Un  secretillo: por su apellido es conocida como ‘La Queso’, aunque no es del todo fan de este manjar. Benvinguda, María!

La encontraréis en sus RRSS como @MariadeQuesada

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Cuando la comunicación se vende a peso

La realidad de una agencia de comunicación y RR.PP, incluso las de marketing y publicidad, está sujeta a la competición de los concursos, a pelear por una mejor propuesta cuando te llaman para pasarte briefing y vas todo orgulloso y al final de la reunión te dejan caer de manera aséptica: ‘…he pedido tres presupuestos más’.RP vacía

Desde luego, la competición es sana, te activa, te espolea, te mantiene al día y alerta, pero la crisis, de forma inevitable, también nos ha dejado formas más ásperas, presus más pobres, sobre todo en la órbita administrativa donde la oferta más económica (cuando no se trata de creatividades) es la que gana de manera sobradita, mientras las otras, quizá mejores, se quedan en la estacada. ¡Qué se lo digan a las grandes multinacionales de construcción e infraestructuras cuando se quejan que presupuestaron a la baja el Canal de Panamá o el AVE a la Meca y luego no les salen las cuentas! No todo debe ceñirse al precio ¿Dónde quedan sino valores como calidad, solvencia, creatividad, impacto, retorno…?

Igual que en el campo de la publicidad la creatividad no solo se presupone sino que se valora, también llevamos mucho tiempo peleando en nuestra agencia para que la gestión de comunicación se valore por su aporte creativo y no solo por su coste económico.

La experiencia, tu forma de trabajar, tu estilo, tu capacidad en la redacción, tus contactos, tu accesibilidad a los medios o públicos de interés, tu función de Relaciones Públicas, tus bases de datos… son algunos de los aspectos que conforman la gestión de la comunicación de una manera personalizada. No todos prestamos el mismo servicio, aunque trabajemos en el mismo campo de actividad. Por eso sería importante que las empresas madurasen y valorasen cual es para ellos el beneficio de nuestra participación y que no se trata de ‘salir’ a toda costa, sino de tener algo importante que decir. Al tiempo que el calendario de la gestión de comunicación debe tener su continuidad en el tiempo y no aparecer o desaparecer según se le antoje a la dirección de la empresa, porque eso nos aleja de la posibilidad de poder ser noticia.

Comunicar no es una cuestión menor que diría por ejemplo Rajoy, aunque él le dé tan poca importancia a este positivo ejercicio.

La comunicación no verbal científica o el ojo que todo lo ve

La comunicación es como un ente superior, está tan presente en todo…, todo está tan sobado por su divina mano que nada queda al azar, ni a la improvisación, ni es baladí, ni cosa del libre albedrío… La comunicación todo lo puede y todo lo ve, y la otra tarde, en buena compañía, rodeado de buenos profesionales y organizado por la Asociación Profesional de Periodistas Valencianos (APPV) en colaboración con Florida Universitària y en las magnificas instalaciones de Valencia Lab, Javier Torregrosa sinergólogo y experto en Comunicación No Verbal Científica y Micro expresiones nos dio buena cuenta de ello.

Los que nos movemos por estos lares de la comunicación sabemos que nada es gratuito, pero desde luego, mira que hay miles de micro cosas que, de manera inconsciente, nos delatan ¡Y hay de aquel que se haga con tan oscuro poder, porque tendrá el mundo a sus pies! O el poder en sus manos como rezaba el mismo título de la jornada: ‘Cómo conocer a tu interlocutor. El poder en tus manos’.

Vamos que a mí, que soy de #Marvel hasta las trancas, de repente, me asaltaron la mente el Dr., Extraño, el profesor Xavier, la serie de El Mentalista o aquella a la que el mismo ponente también hizo referencia con Tim Roth de protagonista: Miénteme. Y recordé esa gran sentencia que sirve para poner las cosas en su sitio y que el tío de Peter Parker susurró a su sobrino antes de morir: ‘Recuerda Peter, todo poder conlleva una gran responsabilidad’.

Por eso pienso, en estos tiempos raros que corren, que debemos de hacer de la comunicación, los que nos dedicamos a ello, un ejercicio responsable y ético. Tanto los que profesionalmente se desenvuelven en un medio  de comunicación, como los que nos situamos en el ámbito de la consultoría para organizaciones y empresas.

La comunicación inteligente es aquella que recurre a la verdad. Todo lo demás es desviación intencionada (manipulación, distorsión, rumor, ruido…) Y ahí juega un papel importante la Comunicación No Verbal, porque hasta cuando obviamos dar pistas, nos negamos a comunicar o a desviar la atención, incluso a mentir, nos encontramos que existen un sinfín de herramientas que generamos de manera inconsciente y nos delatan. Me refiero al tono, timbre o entonación de nuestra voz, o a todo lo que tiene que ver con nuestros gestos o movimientos: giros de cabeza, movimientos de hombros, parpadeos, dirección de nuestra mirada, el uso de nuestras manos, incluso micro picores (de los que se han catalogado hasta 200 y cada uno indica una cosa diferente)… Todo ello nos da pistas de la veracidad de nuestro mensaje o del que nos traslada nuestro interlocutor, porque recordemos que, según estudios científicos, en un proceso de comunicación, el peso de la palabra solo es del 7%, el tono, timbre o entonación de nuestra voz se lleva el 38% y el 55% restante corresponde a la comunicación no verbal. ¿Cómo te has quedado?

Cuántas veces hemos escuchado esa sentencia que reclama: No me juzgues por lo que digo, sino por lo que callo. Quizá sea el momento de comenzar a tenerla en cuenta, pese a la complejidad que conlleva, aunque siempre podemos contratar a un Mentalista o a un especialista en Comunicación…